Para su propio consumo, la UE necesita energía que se importa de terceros países. En 2019, el principal producto energético importado fueron los derivados del petróleo (incluido el petróleo crudo, que es el componente principal), que representaron casi dos tercios de las importaciones de energía en la UE, seguidos del gas (27 %) y los combustibles fósiles sólidos (6 %). 

Esta semana, los hogares españoles deberán pensar con calma cómo van a calentarse, porque el megavatio sube a más de 400 euros, mientras Pedro Sánchez gasta 500 millones en armas ofensivas para «calentar» a Ucrania.