Saturday, October 25, 2014

Las Vecindades vitorianas. Una experiencia histórica de comunidad popular preñada de futuro | Traficantes de Sueños

Las Vecindades vitorianas. Una experiencia histórica de comunidad popular preñada de futuro | Traficantes de Sueños





Este es uno de los caminos mas luminosos, y mas a mano que tenemos para jamas aplazar la vida, jamas hipotecarla a la espera del Paraíso.

LAS VECINDADES VITORIANAS. UNA EXPERIENCIA HISTÓRICA DE COMUNIDAD POPULAR PREÑADA DE FUTURO

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Hace más de seis siglos, las personas que habitaban Vitoria, en un contexto en el que debían afrontar grandes riesgos y carencias en su vida cotidiana para sobrevivir, fueron capaces de auto organizarse y constituir una comunidad vecinal -las vecindades vitorianas- con la que, sin la intervención ni dependencia de poder institucional alguno, hacer frente de forma colectiva y mediante el apoyo mutuo a los retos que esa supervivencia les planteaba. Sin embargo, la historiografía no ha prestado atención suficiente a cuestiones básicas que se abordan en estas páginas: su repercusión en la vida de aquellas gentes, las razones que llevaron a su creación y, posteriormente, a su declive y desaparición. Cuando el colectivo vecinal del Casco Viejo vitoriano denominado Egin Ayllu se planteó este libro, su objetivo no podía ser otro que fijar la mirada en diferentes culturas, tiempos y latitudes para ver hasta qué punto las formas de organización comunitaria han sido una constante en la Historia. Ca-da vez que las colectividades han tenido que hacer frente a sus necesidades y sueños han utilizado algo tan básico como el puro sentido común y las herramientas que le son más propias: la solidaridad, el trabajo y la fiesta compartidos. Este libro también nos plantea cómo podemos aprender hoy en día de los errores y aciertos que nos ofrecen las experiencias históricas y nos anima a «ponernos manos a la obra en esa apasionante tarea de autoorganizarnos, para que el presente y el futuro de nuestros barrios lo decidan sus propios vecindarios».





Con la participación de Antonio Escalante (Egin Ayllu) y Emmánuel Lizcano.
«Hace más de seis siglos, las personas que habitaban Vitoria, en un contexto en el que debían afrontar grandes riesgos y carencias en su vida cotidiana para sobrevivir, fueron capaces de autoorganizarse y constituir una comunidad vecinal -las vecindades vitorianas- con la que, sin la intervención ni dependencia de poder institucional alguno, hacer frente de forma colectiva y mediante el apoyo mutuo a los retos que esa supervivencia les planteaba.
Sin embargo, la historiografía no ha prestado atención suficiente a cuestiones básicas que se abordan en estas páginas: su repercusión en la vida de aquellas gentes, las razones que llevaron a su creación y, posteriormente, a su declive y desaparición.
Cuando el colectivo vecinal del Casco Viejo vitoriano denominado Egin Ayllu se planteó este libro, su objetivo no podía ser otro que fijar la mirada en diferentes culturas, tiempos y latitudes para ver hasta qué punto las formas de organización comunitaria han sido una constante en la Historia. Cada vez que las colectividades han tenido que hacer frente a sus necesidades y sueños han utilizado algo tan básico como el puro sentido común y las herramientas que le son más propias: la solidaridad, el trabajo y la fiesta compartidos.»

Egin Ayllu es un colectivo de personas del barrio al que la mayoría seguramente no conocerá por ese nombre, aunque llevan ya un tiempito currando en y para el barrio. Han impulsado movidas como la recuperación del frontón “Auzolana”; la organización de las fiestas alternativas del barrio “ZaharrazHarro”, o la recuperación/limpieza del espacio de la plaza de Etxauri….



Pero ¡cuidado!, cuando dicen que “las han impulsado” en ningún momento quieren decir que se deban sólo a Egin Ayllu. En los tres casos, Egin Ayllu lanzó una propuesta abierta a otras gentes y en las tres ocasiones tanto personas a nivel individual como algunos colectivos hicieron suyas también las propuestas y entre todas consiguieron hacerlas realidad.



Eso mismo pretenden ahora con el blog “la gente rula”; que aunque la iniciativa de ponerlo en marcha sea suya –les parecía que era una buena idea y por eso se han puesto a ella–, deje inmediatamente de identificarse con “el blog de Egin Ayllu” y pase a ser el blog de las gentes del barrio que lo hagan suyo impulsándolo, manteniéndolo, dándole vida y contenidos o simplemente visitándolo y leyéndolo. Y su ilusión es que lo hagan suyo principalmente las personas y los colectivos que no tienen oportunidad para crear o mantener su propio blog o página web.

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