Técnicamente era un clásico acto de campaña, con paseo, discursos y promesas incluidas. Sin embargo, esta vez valían más las fotos que las palabras. A tres días de las elecciones, Albert Rivera se desplazó hasta Ugao (Bizkaia) –localidad donde nació el dirigente de ETA Josu Ternera- para hacer un “desagravio a las víctimas del terrorismo”. Había un inocultable temor a posibles incidentes, como ocurrió en abril pasado en Errenteria. Sin embargo, los lugareños han decidido dar la espalda ante lo que consideraban como una "provocación".
“No hay mayor desprecio que no hacer aprecio”, era la frase que desde un par de días antes recorría las calles de este pequeño municipio de cuatro mil habitantes. El Ayuntamiento -compuesto por ocho concejales del PNV y tres de EH Bildu- había emitido una circular en la que pedía precisamente que no se cayera en provocaciones. "Y tanto que provocación", decía una vecina de unos setenta años mientras observaba uno de los carteles colocados fuera de la estación de Renfe.
En esa misma línea, una asamblea vecinal había llamado a los comerciantes a cerrar sus negocios mientras durase el paseo de la comitiva encabezada por Albert Rivera. También instaba a los vecinos a bajar las persianas de las viviendas y “colocar en los balcones ikurriñas, enseñas locales, banderas reivindicativas…”
El llamamiento tuvo éxito. Ya a primera hora de la mañana se veían los primeros carteles, incluyendo ikurriñas y lazos amarillos de importantes proporciones colgados desde algunos edificios. "En Ugao no sois bienvenidos", decían algunas de las pancartas en euskera.
Los vecinos que decidieron mostrar su repulsa en la calle lo hicieron mediante una concentración silenciosa, realizada a las 11.30 –el acto de Rivera estaba previsto a partir de las 12.00- fuera del Ayuntamiento. "Así se decidió en una asamblea que se hizo en la tarde de ayer (por el miércoles). No queremos contribuir a este espectáculo", afirmó a Público uno de los participantes.
A medida que avanzaba la mañana, en las calles del pueblo se apreciaba un número importante de policías: cuando aún faltaba una hora y media para el desembarco de Rivera, la Ertzaintza ya había desplegado varias unidades de la Brigada Móvil (Antidisturbios).
"En Ugao no sois bienvenidos", decían algunas de las pancartas en euskera
Rivera llegó con puntualidad. Nada más bajar de la furgoneta, el líder de Ciudadanos y sus acompañantes emprendieron el paseo por el centro del pueblo. A pesar de que había una vía alternativa, la comitiva eligió el trayecto que pasaba justo enfrente de la concentración vecinal. En ese momento, las personas que participaban en la movilización se pusieron de espaldas. El silencio fue roto por el propio Rivera con un "egun on" ("buenos días" en euskera). Unos metros más adelante apareció un joven solitario que le increpó y se marchó. "Silencio, silencio", imploraban desde la pancarta. Luego, cuando los dirigentes de Ciudadanos ya se habían alejado, la concentración respondió con un aplauso.
Durante el recorrido, el jefe de Ciudadanos se encontró con persianas de hogares totalmente cerradas y comercios con sus persianas bajadas. También había varias ikurriñas colgadas de los balcones.
Al llegar al frontón del pueblo, lugar donde estaba instalada la megafonía, comenzó a sonar una ensordecedora sirena, que estaba colocada en un balcón cercano. Algo parecido le había ocurrido a Rivera en noviembre pasado, cuando fue a Altsasu a desagraviar a la Guardia Civil. En aquella ocasión sonaron con intensidad las campanadas de la iglesia.
"Aplaudís a los asesinos"
En el caso de Ugao-Miraballes, todo transcurrió con velocidad. Tras el rápido paseo por el pueblo, los dirigentes de Ciudadanos se colocaron detrás de su líder en el frontón del pueblo. El lugar del acto fue aislado por los Antidisturbios de la Ertzaintza, mientras que algunas decenas de personas, en su mayoría jóvenes, se situaron al otro lado de la acera y lanzaron gritos de "fascistas". También hubo vecinos que salieron a los balcones que dan al frontón para golpear cacerolas.
Rivera: "Prepararos, vamos a prohibir los homenajes a vuestros amigos etarras"
"Es evidente que hay lugares de España donde la libertad está amenazada", dijo Rivera durante su intervención, que estuvo precedida por un minuto de silencio en homenaje a las víctimas de ETA. Prepararos, vamos a prohibir los homenajes a vuestros amigos etarras", dijo el líder naranja, quien acusó a las personas que protestaban contra su visita de "aplaudir a los asesinos e impedir la expresión de la democracia". Luego rompió uno de los carteles con el rostro de Ternera que aparecieron en este pueblo tras su detención.
"Vendremos las veces que haga falta. No nos habéis callado con tiros, no nos vais a callar con sirenas", dijo. En ese sentido, prometió que su partido buscará prohibir por ley los homenajes a terroristas. A las 12.34, Rivera subió a la furgoneta que le había traído hasta este pueblo. Detrás suyo salieron los coches y autobuses de quienes habían venido a acompañarle en su único acto de campaña en Euskadi, donde Ciudadanos solo se presenta en nueve municipios. Ugao-Miraballes, localidad en la que obtuvo 37 votos en las últimas elecciones generales, no está entre ellas.
Cuando ya no quedaba nadie de Ciudadanos, la "Brigada de Desinfección Antifascista" -una iniciativa impulsada por Sortu- limpió con fregonas y lejía el lugar donde se había realizado el acto.
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