JORGE PARDO
Los delegados de CSIF, UGT y CIG en el Concello de Ferrol estudian la posibilidad de presentar una denuncia por un supuesto delito de detención ilegal por la hora que pasaron encerrados bajo llave en el despacho de la Alcaldía. Según explicaron hoy, lo que califican de «feitos moi graves» ya fue trasladado a sus respectivas asesorías jurídicas, a fin de determinar si acuden a la vía judicial.
Siete de los 14 representantes que tienen los tres sindicatos antes citados -CC.OO. tiene otros cuatro delegados, pero se desmarcó de las protestas hace algún tiempo- comparecieron en rueda de prensa para dar su versión de lo ocurrido el pasado martes. Fany González, de CSIF, explicó que accedieron a la Alcaldía atendiendo la reiterada invitación del regidor, Jorge Suárez, a través de la prensa de que la puerta de su despacho siempre estaba abierta para negociar. «Onte decidimos facerlle caso e esperalo dentro hasta que rematara o pleno, para facerlle entrega, novamente, das nosas reivindicacións, non con intención de encerrarnos, senon para falar», dijo, añadiendo que entonces se planteó un conflicto de si podían o no entrar, «e un concelleiro nos dixo que o alcalde nos autorizaba a esperar alí».
La representante sindical continuó diciendo que, finalizado el pleno, poco antes de las tres de la tarde, el alcalde no pasó por el despacho, «sabendo que estábamos alí», y que minutos más tarde se les comunicó, por parte de personal del Concello, que el regidor se había marchado ya y que, si querían abandonar el despacho, que los recibiría por la tarde en el salón de plenos. «Nós interpretamos esta mensaxe como unha chantaxe e unha coacción, polo que decidimos esperalo alí, e foi entón cando nos pecharon a porta con chave e quedamos perto dunha hora encerrados, sin poder ir o baño, porque a porta interior do aseo da Alcaldía xa a pecharan tamén antes de que entrar nós», apostilló la representante sindical. Lo que ocurrió después fue que la mediación del jefe de la Policía Local propició la apertura del despacho «e nós abandonamos voluntariamente, porque, constatamos que, a vontade de negociación da que tanto fai gala o alcalde non é tal».
Por su parte, el presidente de la Xunta de Personal, Javier Sandá (CSIF), insistió en que se trataba de aceptar la repetitiva invitación del alcalde para buscar una solución al conflicto, que viene dado, según dijo, por una serie de incumplimientos de acuerdos de años anteriores y de cuestiones que afectan a la prestación de los servicios públicos y que incluso atañen a la propia seguridad de los trabajadores.«A represión sindical do alcalde vai en aumento e a súa declaración de que non deu orden de pechar a porta foi a que colmou o vaso, porque pon de manifesto que non asume a súa responsabilidade e a traslada ós traballadores da Alcaldía, dando a entender que actuaron pola súa conta e risco», manifestó Sandá.
En cuanto a la recomendación, realizada a través de la prensa por Jorge Suárez, de que los sindicatos sometiesen sus decisiones a la asamblea de trabajadores, la delegada de la CIG Lis Leira indicó que el alcalde no puede darles lecciones de sindicalismo y que, extrapolando a la política este mensaje, también él debería dar ejemplo con la participación ciudadana en los presupuestos municipales, «que non existe». Esta responsable incidió, asimismo, en que todos los movimientos durante el encierro fueron a través de intermediarios, sin que Suárez diera la cara en ningún momento.
En opinión de los representantes sindicales de la plantilla municipal, las declaraciones trasladadas a la prensa la propia tarde del incidente asegurando que ni el alcalde ni ningún concejal del gobierno dio orden de que se cerrase con llave la puerta de la Alcaldía con los delegados dentro lo que buscan es un enfrentamiento entre trabajadores del Concello, algo que dicen no estar dispuestos a tolerar.
Y el alcalde, Jorge Suárez, insistió esta mañana en que esa orden no partió de él ni de ningún compañero del gobierno y trató de restar importancia al asunto, señalando que el cierre de la puerta del despacho había sido por poco tiempo. «Estanse sacando as cousas de contexto, porque foi unha cuestión rápida», dijo, añadiendo que, a su modo de ver, tratar de judicializar el asunto «é un erro de estratexia» y «unha reacción totalmente desproporcionada». En esta línea, Suárez, que repitió varias veces su total respeto a las reivindicaciones legítimas de los trabajadores, reiteró su manifestación del martes indicando que, «nun mundo lóxico, esa decisión debería ser ratificada en asamblea, porque esa forma de actuar no mundo sindical».
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