Thursday, January 25, 2018

Zoido reconstruye en un año las 'cloacas' de Interior con hombres de la ministra Cospedal

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Zoido reconstruye en un año las 'cloacas' de Interior con hombres de la ministra Cospedal

Una serie de jugadas maestras a lo largo del primer año de mandato del ministro del Interior, incluida la remodelación de la cúpula policial con la supresión de la Dirección Adjunta Operativa (DAO), han colocado al frente de las jefaturas y unidades más importantes a mandos herederos de la 'brigada política' que desveló 'Público' y fieles a la secretaria general del PP.


El ministro del Interior Juan Ignacio Zoido a su llegada a la Comisión de Interior del Senado, para explicar el operativo policial que se llevó a cabo en Catalunya desde el referéndum del 1 de octubre. EFE/JAVIER LIZÓN
La guerra en la cúpula del Gobierno del PP entre los sorayos y los cospedalos parece haberse decantado a favor de los segundos, entre ellos el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, quien en sólo un año ha logrado reconstruir las cloacas con hombres fieles a la ministra de Defensa, según diversas fuentes policiales y jurídicas coincidentes consultadas por Público.

Una larga jugada estratégica con la que María Dolores de Cospedal –que también cuenta en sus filas al ministro de Justicia, Rafael Catalá– ha aprovechado la debilidad de la vicepresidenta a causa de su fracaso en Catalunya para obtener una posición claramente ventajosa en su particular Juego de Tronos con Soraya Sáenz de Santamaría en la cúspide del Ejecutivo de Mariano Rajoy.

El primer movimiento de esta larga maniobra de posiciones se hizo incluso antes de la toma de posesión de Zoido (4 de noviembre de 2016), con un ascenso clave; la combinación decisiva se ejecutó en pleno verano (del 27 al 31 de julio) con la reforma de toda la cúpula de Interior –eliminando la Dirección Adjunta Operativa (DAO) y nombrando por fin nuevo jefe de la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal) tras 16 meses de interinidad–, y culminó durante las festividades de Navidad y Año Nuevo, con la sorprendente sustitución del responsable de la Comisaría General de Información, encargada de la lucha antiterrorista.

Argüelles, pieza clave de Cospedal en la cúpula policial
Y en cada una de las jugadas de esa compleja estrategia, digna del Arte de la Guerra de Sun Tzu, Cospedal ha ido colocando sus alfiles, caballos y torres en posición de control absoluto del tablero policial. Su pieza más importante es Juan Carlos Ortiz Argüelles, cuyo ascenso meteórico en la Policía viene de la mano de sus contactos con el Partido Popular madrileño del que la hoy ministra de Defensa fue consejera de Transportes e Infraestructuras de la CAM cuando él era jefe de la Unidad de Coordinación Cooperativa y Territorial de Madrid.

Después, Argüelles –como se le conoce en el cuerpo– fue uno de los hombres de confianza de Cospedal durante su gobierno de la Comunidad de Castilla La Mancha, donde Ortiz era Jefe Superior de Policía.

Así que la estratagema cospedaliana arrancó con el fulminante nombramiento de Ortiz Argüelles como máximo responsable de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, con lo que ascendía definitivamente a la cúpula policial. En cambio, el crucial puesto de director adjunto operativo (DAO) no se cubrió hasta cuatro meses después y se escogió para ello a un hombre con fecha de caducidad: Tino Villabona, quien debía jubilarse en otoño.

Pese a su edad, Villabona fue presentado como un renovador que iba a hacer limpieza en una cúpula manchada por la brigada política que montó el anterior DAO, Eugenio Pino, a las órdenes del ministro Jorge Fernández Díaz, y que Público desveló al difundir los audios de las grabaciones secretas de Interior.

El 'maquillaje' de Villabona al frente de la DAO
Villabona acometió rápidamente el maquillaje de esa cúpula, disolviendo la Brigada de Análisis y Revisión de Casos (BARC) –que Pino ideó como uno de los instrumentos de los montajes policiales– y destituyendo al comisario Enrique García Castaño –responsable de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO)– cuando Público reveló una grabación en la que hablaba telefónicamente con el jubilado Pino sobre un chantaje al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y la Casa Real urdido por el excomisario José Villarejo.

Pero simultáneamente se estaban renovando los altos cargos de la Policía con mandos que habían sido de la máxima confianza de Pino o del propio Fernández Díaz, cuyos últimos dos nombramientos como ministro en funciones fueron (el 3 de octubre de 2016) los del ya citado Ortiz Argüelles y del comisario principal Eloy Quirós Álvarez –hasta entonces jefe de la Unidad Central de Droga y Crimen Organizado (UDYCO)– como nuevo comisario general de Policía Judicial, bajo cuyo mando está la UDEF.

De hecho, la dirección de la UDEF permaneció vacante durante bastante más de un año, a pesar de que debería estar encargándose de investigar los grandes escándalos de corrupción que afectan al PP –y por ello la Fiscalía recurría constantemente a la Guardia Civil para las operaciones de casos como Púnica, Gürtel o Lezo–. Hasta que se puso marcha la jugada maestra de Cospedal:

La jugada maestra de la ministra de Defensa
El 27 de julio, Zoido anunció una profunda e inesperada reestructuración de la cúpula de las fuerzas de seguridad que incluía la supresión de la figura del director adjunto operativo (DAO), tanto de la Policía Nacional como de la Guardia Civil, cargos creados en 2006 durante el mandato de Zapatero. Parecía una nueva fase de la limpieza, al acabar con un cargo desprestigiado por las revelaciones de Público sobre la brigada política, que acababan de ser confirmadas por la comisión de investigación del Congreso creada para desentrañar esa manipulación partidista de las fuerzas de seguridad.

Sin embargo, pronto quedó patente que esa remodelación de las Fuerzas de Seguridad –creando cuatro nuevas jefaturas centrales en la cúpula de Interior– en realidad suponía una mayor politización del control jerárquico de la Policía, ya que "como ya no habrá DAO, los responsables de esas jefaturas centrales despacharán directamente con el director general" (Germán López Iglesias), "sin que exista un jefe intermedio, profesional, como era el DAO", según explicaron entonces a Público fuentes policiales.

Además, entre los comisarios principales al mando de las jefaturas centrales hay un jefe mucho más poderoso que los otros tres: el que dirige la de Información, Investigación y Ciberdelincuencia, puesto que también controla la Policía Judicial, la Policía Científica, Extranjería y Fronteras... y la Unidad de Asuntos Internos, que vigila a todos los cuerpos policiales. Una jefatura ambicionada hasta el último momento por José Luis Olivera Serrano, actual jefe del Centro de Inteligencia sobre Terrorismo y Crimen Organizado (CITCO).

Olivera, jefe de la UDEF con las 'cloacas', es intocable
Olivera –precisamente uno de los integrantes de la brigada política cuando él era director de la UDEF– no logró ocupar ese puesto porque ya estaba asignado de antemano... precisamente a Ortiz Argüelles, a pesar de que su nombramiento no fue anunciado hasta cuatro meses después de que se creara el cargo. Además, la imagen del jefe del CITCO quedó ensuciada por su falta de colaboración con los Mossos d'Esquadra en la lucha antiterrorista previa a los atentados yihadistas de Las Ramblas y Cambrils, así como por la sospechosa filtración del supuesto aviso previo de la CIA a la policía autonómica catalana.

No obstante, Olivera permanece intocable al frente del CITCO y continúa ayudando al Partido Popular en sus causas de corrupción y produciendo filtraciones muy poco fiables y con objetivos claramente políticos, según aseguran en privado a Público fuentes jurídicas. Como las informaciones nunca confirmadas que acusaron a los Mossos de espiar antes del 1-O precisamente a los dirigentes del PP que participaron en la Operación Cataluña de la brigada política –como Alicia Sánchez Camacho, Jorge Moragas o el propio Fernández Díaz–, a pesar de que hace tiempo que ya no tienen influencia en la política catalana.

El puesto que sí se cubrió en la combinación cospedaliana del verano fue el del nuevo jefe de la UDEF, que recayó en Fernando Moré, quien casualmente fue quien reemplazó al frente de la Comisaría de Barajas al amigo y cómplice de Villarejo –Carlos Salamanca, actualmente también en prisión– cuando tuvo que ser apartado de ese poderoso cargo a raíz de la caída de la mafia china de Gao Ping.

El nuevo jefe de la UDEF es buen amigo de Pino
Moré fue antes comisario en Alcalá de Henares, donde reside el ex DAO Eugenio Pino, y ambos mantenían una estrecha relación cuando el segundo era director adjunto operativo, según fuentes policiales. Su nombramiento como jefe de la UDEF –el 31 de julio, al final de la combinación de movimientos con la que Cospedal dio jaque en Interior– fue protestado vehementemente por los sindicatos policiales, sobre todo el SUP (Sindicato Unificado de Policía), que expresó su malestar por la "falta de transparencia" de esa designación a dedo.

"Esos nombramientos de libre designación, políticamente decididos para recompensar a comisarios principales recién ascendidos y fieles al PP, sin tomar en cuenta criterios profesionales, han marcado el primer año de mandato de Zoido en Interior", se queja a Público una fuente sindical de la Policía que prefiere no ser identificada. "En realidad, la gestión de Zoido está demostrando ser todavía más politizada y menos profesional que la del propio Fernández Díaz".

También existe malestar en las Fuerzas de Seguridad por la afición de Zoido a rodearse de su camarilla de amigos sevillanos de cuando él era alcalde de la capital andaluza, como el nuevo responsable de Seguridad Ciudadana y Coordinación, José Antonio de la Rosa –director general de seguridad del Ayuntamiento de Sevilla cuando el hoy ministro del Interior era alcalde de la ciudad–, o el ahora denostado director de la DGT, Gregorio Serrano, que era delegado de Empleo, Economía, Fiestas Mayores y Turismo en el mismo Consistorio.

La guinda ha sido el nombramiento de Castiñeira
Aunque la guinda de todo este pastel ha sido el nombramiento, también a dedo, hace pocos días de Germán Rodríguez Castiñeira como nuevo Comisario General de Información, tras el cese de Enrique Barón, uno de los pocos altos mandos no afectos a Cospedal que quedaban en la cúpula de Interior. Una nueva maniobra ejecutada en fechas festivas que fuentes policiales aseguran a Público que ha sido consumada por el tándem que ya forman Olivera Serrano y Ortiz Argüelles, quien actúa con prácticamente los mismos poderes de que gozaba el anterior DAO.

Pero lo grave de esta última martingala es que Castiñeira es a todas luces el hombre menos indicado –en vista de su reciente trayectoria profesional– para ocupar tan alta responsabilidad antiterrorista. Por ejemplo, como jefe de la Brigada de Información de la capital, dirigió una muy cacareada operación policial contra una supuesta célula yihadista en Madrid y el juez Santiago Pedraz no sólo tuvo que acabar poniendo en libertad a los dos detenidos –que pasaron un mes en prisión sin que al final se les pudiera imputar ningún delito– sino que también criticó duramente las diligencias policiales de Castiñeira. Al final, ni siquiera se pudo verificar si era verdadero o no el kalashnikov que aparecía en un vídeo presentado como prueba de cargo.

Esa desastrosa operación antiyihadista culminó en el ridículo de alarmar a los madrileños con una supuesta amenaza de atentado en la Nochevieja de 2016, que el propio Zoido tuvo que desmentir públicamente. No obstante, Castiñeira fue ascendido por el mismo Zoido al cargo de nuevo Jefe Superior de Policía de Madrid, en la combinación de jugadas del verano pasado, sólo siete meses después del fiasco del falso kalashnikov.

Los ascensos a dedo han causado malestar sindical
Castiñeira también dirigió las operaciones policiales contra los Bukaneros (ultras del Rayo Vallecano) y el grupo antifascista Distrito 14, y su Brigada de Información se ocupó del caso de la muerte del hooligan del Deportivo de la Coruña Jimmy (Javier Romero), sin que dos años y medio después se hubiera llegado a identificar a los responsables.

Así que ¿por qué méritos profesionales acaba de ser ascendido al puesto de Comisario General de Información? ¿Por sus "excesos" (así calificados por el juez) en la represión policial de la protesta "Rodea el Congreso"? ¿O por haberse encargado de la detención de Alfon? (Alfonso Fernández, condenado a cuatro años de prisión por el Supremo).

El elevado nombramiento de Castiñeira cierra el círculo de un año de juego de ascensos a dedo que han sembrado malestar entre los sindicatos policiales pero que también han asegurado un dominio absoluto de Cospedal en Interior. Y sin duda la han acercado aún más al Trono de Hierro en La Moncloa.


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