Rey Juan Carlos de España debe ser uno de los reyes más a Shakespeare, nunca. Su abuelo fue derrocado del trono como Ricardo II, y como Richard III, su hermano fue asesinado (aunque en el caso de Carlos, fue un trágico accidente). Al igual que Hamlet tenía una relación difícil con su padre, y al igual que Macbeth, llegó a la corona por medio de una criatura malvada ( General Franco ). Parece inevitable que, como el Rey Lear, en su vejez se maldijo con hijas problemáticos. Ahora, uno de ellos, la Infanta Cristina, ha sido convocado por un juez. Ella tiene que responder por las acusaciones de que, junto a su esposo el duque de Palma, que sustraídos millones de euros en fondos públicos .Algunos dicen que este escándalo, el último de una larga serie de accidentes reales, amenaza la propia institución de la monarquía en España. Pero, ¿es así?
El gobierno del rey Juan Carlos de España es un ejemplo muy interesante de cómo la esencia de la monarquía no es historia, pero una historia - y lo difícil que es. La monarquía española es una institución literaria. Nació fuera y por encima de la ley. Su legitimidad se basa en símbolos, metáforas y, ante todo, en la narración de cuentos: un cuento sobre todo imaginaria de la continuidad y la excepcionalidad. La modernidad cambió esto un poco, pero no por mucho. Al igual que el teatro, la monarquía había comenzado como un culto religioso y terminó en un espectáculo popular. Eso fue todo. En sistemas estables como el Reino Unido, esta transición del arte de gobernar a la puesta en escena se podía hacer más o menos eficaz, pero en España se estaba empujando el truco demasiado lejos.
Reyes nunca han sido populares en España. De los últimos ocho monarcas, uno fue derrocado por su propio hijo, dos abdicó y otros dos fueron derrocados por levantamientos populares. Todos se levantaron al trono en circunstancias polémicas, excepto uno (que fue derrocado más tarde). En el momento de la coronación del Rey Juan Carlos, los españoles no habían conocido un monarca desde hace casi medio siglo, la legitimidad del rey vino directamente de un dictador militar, y la extraña elección de un nombre compuesto fue diseñado para ocultar el hecho de que él estaba luchando el corona de su padre, también llamado Juan.
Necesita Scheherazade en persona para solucionar este relato. Y, sin embargo, que fue hecho por mucho menos de colores políticos españoles, el joven franquista y los socialistas frescas: el rey, se nos dijo, "había llevado a" la democracia a España. Su familia era austera, como cualquier otra familia española. Se decía que eran "romper el protocolo" tan a menudo que usted termina preguntándose por qué existe protocolo en el primer lugar. Se dijo que los republicanos también lo amaban y votarían por él para presidente.
Al igual que con toda la narración de historias, hay algo de verdad en esta ficción. Sí, el rey hizo ayudar a la transición a la democracia, y se puso en contra del golpe militar de 1981 . Sin embargo, el hecho a menudo pasado por alto aquí es que no tenía otra alternativa si quería reinar. Era cierto que él no era ostentosa, pero no era austero tampoco.Es cierto que parece una persona agradable, pero no es ejemplar. Era un patrón de la WWF , pero también ama elefantes caza . Se necesita no ser perfecto, pero ahora tiene que hacerlo, porque esa era la naturaleza de la narrativa a sus amigos inventaron.
El exceso de la ficción está siendo reemplazado por un exceso de realidad. Un elefante muerto en Botswana y la citación judicial de la princesa han establecido que el viejo relato de rest. Pero, ¿es realmente el fin de la monarquía?
Yo no estoy tan seguro. En nuestro mundo moderno, la impopularidad ya no es un cambio de juego para las instituciones. Todos ellos son impopulares, en cierta medida, y la monarquía de hoy tiene una nueva fuente más poderosa, de la legitimidad, mejor que el derecho divino: la rutina. Cuando existe, es la configuración por defecto, por así decirlo.Parece tan estable como el helio. En el caso de España, sólo una profunda crisis política (por ejemplo, una provocada por laindependencia de Cataluña ) podría alterar el equilibrio. Mientras tanto, la abdicación es de hecho una posibilidad (que es lo que Lear hizo, no funcionó para él). Sin embargo, esto sólo ocurriría, ya que podría ser interpretado como un nuevo comienzo, la base para una nueva ronda de la narración de historias
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