Wednesday, November 29, 2017

20 películas y algunas más para entender Serbia

20 películas y algunas más para entender Serbia



La sociedad serbia agrupa varias rupturas generacionales y también varios contextos históricos. Desde la generación partisana, la época dorada (zlatno doba), a las víctimas de la transición, entre el mundo rural y la elite urbana, resulta complicado reunir tantas dimensiones en un solo cuadro cinematográfico cuando de lo que se trata es de entender la Serbia actual. Esta es una selección posible, pero hay muchas más.
Skupljači perja (1967). Entre el “antifascismo” y el “no-alineamiento”, no todo en Yugoslavia era bonhomía. El movimiento Ola negra nos lo demuestra a través de integrantes como Dušan Makavejev, Živojin Pavlović o Želimir Žilnik. Las vivencias de un vendedor de plumas de origen gitano demuestra que en Yugoslavia no solo había riqueza multiétnica, sino también barro, grescas y estratos sociales. El entusiasmo yugoslavo también tenía sus reversos. En este caso fue Aleksandar Petrović -gran impulsor del nuevo cine yugoslavo con Dvoje(1961)– el encargado de mostrarlo. Retratista.
Ko to tamo peva? (1980). Un viaje en autobús desde el pueblo a Belgrado sigue siendo un relato común de nuestros días. Dušan Kovačević muestra como paradigma una Serbia rural, de convicciones firmes, pudorosa y efusiva pero, también, cínica y moralista. Una reivindicación del costumbrismo con aroma a aguardiente, cebolleta y carne a la brasa. Por supuesto, con final trágico (la invasión nazi), como es de recibo en la gran tragicomedia balcánica. Desternillante.
Majstori, majstori (1980). “Mira lo que ha hecho la escuela con este hombre”. Pocos directores supieron revelar la crisis de valores yugoslava como Goran Marković. La denuncia de abusos sexuales en una escuela y la fecha de jubilación de una trabajadora destapan las desavenencias internas, la corrupción rampante, la desmotivación de los empleados y las relaciones de dominación dentro de la jerarquía yugoslava. Mlad i zdrav kao ruža (1971)Nacionalna klasa (1979) o Kako sam sistematski uništen od idiota (1983) van mostrando también las fugas ideológicas y morales del sistema. Mordaz.
Jagode u grlu (1985). Suena a melancolía, suena la banda de gitanos con “Sobre la juventud”. La primera generación nacida en la pujante Yugoslavia socialista siente que sus sueños no se han cumplido. Srđan Karanović pone cara a la decepción. El escenario, un splav (restaurante flotante), donde las frustraciones entran en ebullición. Dolorosa.
Kako je propao rokenrol (1989). No solo fue el sexto centenario de la batalla de Kosovo (1389), sino los años de la quiebra más efervescente entre el mundo rural y el mundo urbano, entre el rock and roll, la cultura kitsch y la música turbofolk. Dos energías que todavía están por conciliarse en Serbia. 20 años después, Život i srmt porno bande (2009) siguió reproduciendo estas contradicciones de manera más radical, más violenta… pero eso sí, ya en el bosque. Metafórica.
Tri karte za Holivud (1993). “Este pueblo es enemigo del Estado”. Parodia de la jerarquía burocrática de la época yugoslava. Entre el mundo no alineado, los restos del periodo del Infobiro, la idealización de Occidente y la sombra alargada del legado de Tito. Los dogmatismos no solo llegan a los cuadros más altos. La huella en terreno serbio de la pisada yugoslava. Tragicómica.
Ubistvo sa predumišljajem (1995). Las conexiones entre la Segunda Guerra Mundial (1941-1945) y el fin de Yugoslavia (1992) se reactivan a través de una nieta y su abuela. Las agonías de la sociedad se manifiestan a más niveles. Dnevnik uvreda 1993 (1994) y Tamna je noć (1995) cubren el espectro como tristes documentos de los biorritmos locales ante el anarquismo social, las guerras, la gran inflación del 93, las sanciones y el desconcierto generalizado de comienzo de los 90. Testimonial.
Underground (1995). Cine y catarsis con el inconfundible sello de Emir Kusturica. Firmeza ante la vida, hospitalidad al enemigo, lealtad a los amigos y la rakija entre los dedos. Todo con convicción aunque luego la vida los condene (inat). Banda sonora a cada tropiezo, sin renunciar a la comida encima de la mesa, incluso aunque caigan las bombas. Nervio balcánico. Desbordante.
Dupe od mramora (1995)Las calles son oscuras para la difunta Merlinka: la vanguardia del travestismo en la región y hoy imagen del colectivo LGTBIQ -de nuevo de actualidad a través del éxito comercial Parada (2011)-. En los peores momentos, Želimir Žilnik con Merlinka alumbraron una Serbia desinhibida y gamberra. Una defensa de las complejidades culturales, frente a la colectivización identitaria que imponía el nacionalismo, las guerras de secesión y las sanciones internacionales en los 90. Reivindicativa.
Lepa sela lepo gore (1996)“¿Sabes que somos la nación más antigua? Cuando un alemán, un inglés y un americano comían cerdo con los dedos, nosotros lo hacíamos con tenedor”. Basada en hechos reales. Un grupo de soldados serbios queda encerrado en una cueva rodeado por el enemigo. Una lectura histriónica y caricaturesca de las guerras de secesión, de las relaciones con las otras naciones y de la propia nación serbia. Satírica.
Bure baruta (1997)Carrusel vertiginoso. Un viaje de no retorno, sin negociaciones ni deliberaciones. Una glorificación del carácter local en sus actitudes más extremas. Goran Paskaljević pone el dedo en la llaga en torno a la violencia externa, pero también en torno las constricciones internas. Disecciona la maldad local en todas sus vertientes. Turbadora.
Rane (1998)“¿Abuela, te degollaron o no?”. Crónica de la Serbia subcultural. Exaltación de los dizelaši (chándal, cadenas de oro, talante provincial, turbofolk…). Un cóctel de Volkswagen Golf 2, estética kitsch, tráfico de drogas, revólveres y cementerios. Representación de un tiempo patibulario que se fue dilatando en el tiempo hacia otras formas de violencia como la de los hooligans, los grupos mafiosos o las conexiones criminales con el Estado. A todo gas. Acelerada.
Autobús utilizado en la película 'Ko to tamo peva?' (Flickr)
Autobús utilizado en la película ‘Ko to tamo peva?’ (Flickr)
Nebeska udica (2000). “¿Sabes cuándo te conviertes en un verdadero campeón? Cuando sales en el momento más difícil y ganas”. Dicen muchos serbios que nunca fueron más humillados que durante los bombardeos de la OTAN (1999) pero, también, que nunca se sintieron más unidos. Baloncesto ante la adversidad. Emotiva.
Profesionalac (2003).  La Yugo-Serbia de los omnipotentes servicios de seguridad, la crisis de la burocracia y la oposición a Slobodan Milošević entran en escena. Pero, más allá de eso, está la importancia del espionaje como fenómeno en la sociedad local. Tal vez Balkanski špijun (1984) sea mejor referencia, pero la intromisión en la vida privada sigue siendo un tema actual. Arquetípica.
Kad porastem biću kengur (2004). “¡Venga Tarzán!, ¿entras o no entras?”. La favorita entre la juventud local, tal vez porque refleje a través del barrio belgradense de Voždovac la propia existencia. Camaradería, un domingo tedioso, cervezas, zapatillas, una casa de apuestas y, todo, frente al televisor. El envés serbio y mucho más modesto de la gran comedia yugoslava ligera y no tan ligera: Sjećaš li se, Dolly Bell? (1981)Maratonci trče počasni krug (1982)Varljivo Leto 68´ (1984) o Tito i ja (1992)Cercana.
Hadersfild (2007). La llegada de Igor desde Inglaterra pone encima de la mesa el significado del triunfo para tres hermanos. A pecho descubierto crítica la falta de autocrítica y empatía social, pero también el letargo al que se entrega una parte de la población. Dečko koji obećava (1981)Oktoberfest (1987)Zaboravljeni (1988)Mi nismo anđeli (1992) ya habían ido adelantando la crisis de valores e identidad de las generaciones yugo-serbias. “Mi amor era una catedral. Hoy no hay ruina más bella”. Abandonarse, barnizarlo de independencia, resignación o nacionalismo es la opción más cómoda. Y, sin embargo, todos necesitamos a alguien. Penetrante.
Tilva roš (2010). A Nikola Ležaić se le ocurrió después de ver un jackass local, hecho por unos skaters (grupo Kolos) de Bor, grabar una película con sus vidas como argumento y la crisis minera de la ciudad como escenario. Se aleja de Belgrado, del nacionalismo, los clichés étnicos, Yugoslavia o la crisis de identidad. Nuevas perspectivas con la misma voluntad de innovar de la recién estrenada Neposlušni (2014)Refrescante.
Smrt čoveka na Balkanu (2012)“5000 euros un ataúd, ¿pero de qué vas?”. Un suicidio delante de una cámara abre paso a la grabación del esperpento. El uso interesado de las relaciones personales, el oportunismo y el recurso al codexcultural para obtener favores son una representación grotesca y distorsionada de la realidad, pero también una imagen cabal de las diversas caras que adopta la deshonestidad cuando de lo que se trata es de cuestionar a la propia sociedad serbia. Ácida.
Klip (2012). “Mamá, ¿no sabes qué papelón que otros me tengan que invitar?”. Fotografía de una chica desnortada, huyendo de sí misma y entregada a las pasiones sexuales con su teléfono móvil. Recargada, no deja de identificar el paternalismo autoinculpado de la generación yugoslava frente al desorden de valores de las nuevas generaciones. ¿Cómo resolver los desafíos del presente con las herramientas del pasado? Desesperanzadora.
Krugovi (2013)La historia real de Srđan Aleksić sirve como inspiración para reclamar la humanidad como principio espiritual. Asesinado en Trebinje, a manos de los suyos, Aleksić entregó su vida para salvar la de un amigo musulmán. A partir de ahí, se desencadena toda una suerte de fatalidades. “Cuando tiras una piedra al río se provocan varias ondas”. Depende de quién lance la piedra, depende de a quién le caiga la piedra. A veces el perdón se convierte en la mejor venganza. Moral.
Grandes actores, excelentes historias y un país que ofrece mil prismas. Probablemente el cine yugoslavo y el cine serbio, como el balcánico en general, sean un grato descubrimiento para aquellos cinéfilos que todavía no se hayan acercado a él. Cualquier lista se quedaría corta.

Sunday, November 26, 2017

Las ocho urgencias que no resuelve el pacto contra la violencia machista - Pilar Almenar

Las ocho urgencias que no resuelve el pacto contra la violencia machista - Pilar Almenar | Sin Permiso

Cabecera de la manifestación de Barcelona el 25-11-2017 contra la violencia machista
El movimiento feminista alerta que al Pacto de Estado contra la Violencia de Género le falta concreción para hacerse efectivo, se ha hecho de espaldas a los colectivos feministas y deja demasiados hilos pendientes. Hablamos con Susana Gisbert, Fiscal de Violencia de Género y Encarna Bodelón, jurista e investigadora en Filosofía del Derecho.
 
Ya hay Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Lo aprobó el pasado 28 de septiembre el Congreso. Se trata de un acuerdo, sin unanimidad, que incluye 213 medidas para luchar contra un grave problema social: sólo en lo que va de 2017, 44 mujeres y 8 niños han sido asesinados por esta violencia. El texto final llegó después de seis meses de trabajo en la Subcomisión de redacción del pacto y se ha aprobado una dotación de 1.000 millones de euros para invertir a lo largo de cinco años.
Pero la aprobación del pacto no lleva un pan bajo el brazo. Si no hay acuerdo político en los presupuestos para 2018, se prorrogarán los de 2017 y no habrá dinero para dedicar a cumplir el pacto de violencia machista. En estos momentos se está pendiente de la resolución de las peticiones para habilitar un crédito extraordinario de 200 millones de euros para hacer frente a los compromisos del acuerdo en 2018.
La consecución del pacto era una demanda del movimiento feminista, pero precisamente es este movimiento el que ha quedado más descontento del resultado. ¿Qué carencias y dificultades para que sea efectivo tiene este acuerdo? Hablamos con Susana Gisbert, Fiscal de Violencia de Género de Valencia y ponente invitada a la comisión redactora del texto, y Encarna Bodelón, profesora de Filosofía del Derecho y directora del grupo de investigación Antígona.

1. FALTA DE CONCRECIÓN PARA HACERLO EFECTIVO

"La técnica de los pactos de Estado no es una técnica jurídica efectiva porque no es una ley, sino un acuerdo para modificar legislación. Además, tampoco es una política pública, con indicadores, evaluación y planificación de política pública y por lo tanto como técnica no nos aporta nada nuevo. Y tampoco sabemos en qué plazos se llevará a cabo, ni de qué manera, así que podría no aplicarse", critica Encarna Bodelón, Profesora de Filosofía del Derecho de la Universidad Autónoma de Barcelona.
2. DE ESPALDAS AL MOVIMIENTO FEMINISTA

Bodelón ha echado de menos voces en el debate previo en la comisión redactora del texto del Pacto de Estado. "Se ha hecho de espaldas al movimiento feminista. Se ha invitado a personas del ámbito institucional, la mayoría juristas, pero no se ha escuchadoaapenas a víctimas ni a organizaciones de mujeres. Y esto, como mecanismo para construir políticas públicas, no es lo adecuado", explica.
3. LENTITUD ANTE LAS URGENCIAS

Una de las ponentes invitadas en la comisión fue Susana Gisbert, Fiscal Especial de Violencia contra la Mujer y portavoz de la Fiscalía Provincial de Valencia. "Hacer un pacto me parece bien pero no ha tenido la urgencia que se tiene en otros temas. Yo comparecí en la comisión en el mes de marzo y mira cuánto han tardado en aprobarlo. Además, te doy un ejemplo: no sólo no se ha creado ningún tipo de juzgado en 5 años sino que ahora se ha anunciado la creación de 90 juzgados nuevos, y ninguno de ellos es de violencia contra las mujeres. Así que las intenciones quedan un poco desdibujadas", critica Gisbert.

4. INCUMPLIMIENTO DE LA LEY ANTERIOR

Las expertas explican que este pacto reitera medidas de la ley de violencia de género de 2004 que hasta ahora no se han cumplido. "Por ejemplo, la ley de violencia dice que la publicidad no puede ser sexista. Enciende la tele y me dices que ves", plantea Gisbert. La prevención es otra de las grandes carencias. "La ley de igualdad obligaba a incluir en el currículum académico ‘Educación para la ciudadanía’ y eso las políticas del PP se lo han cargado. En este pacto de Estado no se corrige esto ni aparece la obligación de la educación en igualdad en primaria y secundaria", critica Bodelón. "Si este pacto no tiene desarrollo legislativo y, lo más importante, una dotación presupuestaria, se quedará sólo en un catálogo de buenas intenciones".

5. OBLIGACIONES INTERNACIONALES NO CUMPLIDAS

Las expertas aseguran que, además de reiterar aspectos que ya no se habían cumplido, este acuerdo ha dejado fuera algunos pactos internacionales que España ya tenía firmados. "Las obligaciones que derivan del Convenio de Estambul no se plasman. Entre ellas, una medida que establece que los derechos que tienen las mujeres no dependan de la denuncia. En España ya sabemos que ha fracasado la estrategia de vincular los derechos a la denuncia porque la mayoría de mujeres no realizan denuncias. Y con esta medida dejamos de hacer una atención efectiva", detalla la profesora de Filosofía del Derecho.

6. NO INTEGRACIÓN CON EL RESTO DE LA LEGISLACIÓN

Además, Bodelón reclama integrar en las leyes españolas un tratamiento más integral de las violencias machistas. "En la ley de 2004 se contempla la violencia de género sólo en la relación de pareja o ex pareja y el convenio de Estambul extiende la consideración de machista a las agresiones sexuales, los matrimonios forzados, la mutilación genital femenina, la prostitución forzada... Nosotras ahora mismo, tal y como estamos viendo en el juicio de San Fermín, si una mujer es maltratada por su marido, su procedimiento será tratado en un juzgado especializado en violencia de género mientras que una mujer violada por un desconocido iría a un juzgado ordinario. Lo mismo ocurre con los derechos de los que puede disfrutar cada una de estas víctimas a pesar de ser víctimas similares de la misma violencia", explica Encarna Bodelón.

7. FALTA DE APLICACIÓN DIRECTA PARA GARANTIZAR LOS DERECHOS DE LOS MENORES

Una de las novedades del pacto es la inclusión de los menores como víctimas de la violencia machista. Pero para no quedarse sólo en un marco, será necesario empezar ahora de verdad el trabajo. "El pacto no tiene una aplicación directa. Mientras no se cambian las leyes esenciales como el Código Penal o la Ley de Enjuiciamiento Criminal, da igual que el pacto diga que los menores son víctimas de la violencia porque esta visión se quedará sólo a nivel asistencial mientras judicialmente se seguirá exigiendo que haya un acto de violencia de género explícito contra la madre. Y si no, el caso no iría al juzgado de violencia sobre la mujer".

8. DEMASIADOS HILOS PENDIENTES

Para la fiscal de violencia de género de Valencia, no todo es negativo. "Que se manifieste el interés del Estado en una materia como esta escuchando a tantos operadores es importante. Pero si no se desarrolla, no vale prácticamente para nada excepto para presumir", apunta Gisbert. "Lo que deberíamos hacer es hacer una reforma ambiciosa de la ley de 2004 para integrar todas las formas de violencias machistas, para plantear una justicia penal con perspectiva de género y plantear una prevención seria y una red estatal de atención y reparación seria", opina Bodelón.
Uno de los puntos que más debate generó en el ámbito feminista fue la posible modificación del artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que permite que la mujer pueda no declarar contra su agresor. Aunque una parte de las expertas se muestran satisfechas con mantener este artículo, otras piensan que ha sido un error no modificarlo. "Muchas de las comparecientes solicitamos en la comisión que el artículo se modificara y entró en todas las materias, pero al final no ha entrado en el texto definitivo. Pienso que se ha sido cobarde. En muchos casos se ha entendido que permitir  que no se declare contra el agresor es una manera de proteger a la mujer, pero yo pienso que es una manera errónea de protegerla y que se podría haber modificado, al menos, para que a partir de algún momento no pueda echarse atrás. Este artículo está así desde el siglo XIX y está pensado para una sociedad totalmente distinta a la actual", plantea Susana Gisbert, Fiscal de Violencia de Género.

¿Y LOS PACTOS TERRITORIALES?

El pasado 18 de septiembre, 10 días antes de la firma del pacto estatal, las Corts aprobaron el Pacto Valenciano Contra la Violencia de Género y Machista, un texto con el consenso de los partidos y el apoyo de 63 instituciones y organizaciones sociales. Cataluña, una de las pioneras en dar una visión integral de la violencia machista, también trabaja ya para firmar su Pacto Nacional contra la Violencia Machista impulsado por el Instituto Catalán de las Mujeres y que busca la voz y el consenso de cerca de 60 organizaciones. Baleares también tiene su Pacto Social contra las Violencias Machistas firmado en 2016 por el Instituto Balear de la Mujer y el Consejo de Mallorca.
"Los pactos autonómicos son más bien para políticas de actuación pero no son de aplicación directa. Por ejemplo, la ley Valenciana de Violencia de Género fue anulada por el Tribunal Constitucional porque invadía competencias. Así que todo lo que pueda ser reforma del código civil o penal sí daría aplicación efectiva. Como norma institucional, marco o compromiso de los poderes públicos es fantástico que también haya compromiso explícito a nivel autonómico", explica Susana Gisbert, Fiscal de Violencia de Género y portavoz de la Fiscalía de Valencia. "Cuando decimos implicación social queremos decir recursos, políticas públicas serias, evaluación, diálogo con el movimiento feminista... No queremos ratificación de más documentos que no sabemos para qué sirven", añade Encarna Bodelón, investigadora del grupo Antígona en la Universidad Autónoma de Barcelona.
 
es periodista freelance
Fuente:

https://www.diarijornada.coop/vuit-urgencies-que-no-resol-pacte-contra-violencia-masclista/
Traducción:

Roger Tallaferro

Tuesday, November 21, 2017

Abogados de los detenidos de Alsasua: "Están vetando el derecho de defensa"

Abogados de los detenidos de Alsasua: "Están vetando el derecho de defensa"

Abogados de los detenidos de Alsasua: “Están vetando el derecho de defensa”
Concentración ante el Palacio de Justicia de Navarra. Foto: Altsasu Gurasoak.


Los abogados y abogadas de los ocho jóvenes de Alsasua acusados de delitos y amenazas terroristas, y que se enfrentan a penas de entre 12 y más de 60 años de cárcel, denuncian varias anomalías en la instrucción del juicio por la supuesta agresión que tuvo lugar la madrugada del 15 de octubre de 2016 contra un sargento, un teniente de la Guardia Civil (ambos fuera de servicio) y sus dos parejas en un bar de esta localidad navarra.
A la espera del juicio oral y sentencia, los seis abogados dieron una rueda de prensa en Madrid para pedir proporcionalidad y señalar que, desde su punto de vista, hay varias anomalías en el proceso que “están vetando el ejercicio del derecho de defensa y a un juicio con todas las garantías”, conforme al artículo 24.2 de la Constitución y la Convención Europea de Derechos Humanos, entre las que destacaron:
 ¿Un caso para la Audiencia Nacional?
La defensa argumentó que debería ser la Audiencia Provincial de Navarra, y no la Audiencia Nacional, la competente para juzgar los hechos acontecidos en octubre de 2016. Según estos abogados defensores, el Tribunal Supremo se basó en documentos iniciales que no incluían el informe forense (el que establece la gravedad de las lesiones, siendo la más grave una fractura de tobillo) al determinar que el caso quedara en manos de la Audiencia Nacional. “Haciendo omisión de este razonamimento del Supremo, se acusó a los jóvenes de terrorismo en la Audiencia Nacional (…) se ha producido una quiebra de la apariencia de imparcialidad de la Audiencia Nacional”, argumentaron los letrados. Además, destacaron que los primeros informes periciales de Policía y Guardia Civil no señalaban hechos de carácter terrorista, ya que, “de ser así, la juez de Pamplona se habría inhibido”.
El Ministerio Fiscal y las demás acusaciones, entre ellas el Colectivo de Víctimas del Terrorismo(Covite), argumentan que se trata de un delito de terrorismo porque dos de los agredidos pertenecen a la Guardia Civil y algunos de los jóvenes estarían vinculados a Alde Hemendik (‘Fuera de aquí’), un colectivo que pide la salida de las fuerzas de seguridad del Estado de Navarra y País Vasco, y que según la parte acusadora, habría estado a su vez ligado a la extinta ETA. La supuesta relación de Alde Hemendik y ETA estaría argumentada en un informe de inteligencia de la propia Guardia Civil, pero la defensa asegura que esto no tiene ningún nexo con lo sucedido en el bar de Alsasua y se queja de que la Justicia impida que se realice un informe pericial histórico sobre esa supuesta relación. “A las defensas se les está impidiendo contradecir esa vinculación”, señalaron los abogados de la defensa.
El informe de la Guardia Civil señalaba un posible delito de odio, pero una semana después de que los jóvenes fueran detenidos, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo señaló un supuesto delito de terrorismo en su denuncia.
Pruebas denegadas
Los letrados defensores también explicaron que la práctica totalidad de las pruebas que presentaron fueron rechazadas por la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que lleva el caso, entre ellas vídeos del lugar donde transcurrieron los hechos, testimonios, resoluciones judiciales anteriores y entrevistas que dos de las víctimas concedieron a la COPE y Onda Cero y en las que, según la defensa, contradicen sus propias versiones de los hechos, mientras que “a las acusaciones se les han admitido prácticamente todas las pruebas”, declaró el abogado Jaime Montero, quien además las tachó de legítimas pero “irrelevantes”. “Hemos tenido que bucear para encontrar a personas que no aparecen en ningún momento de la investigación pero que estaban presentes en el momento en que sucedieron los hechos”, aseguró uno de los abogados.
La juez Carmen Lamela, también conocida por decretar prisión para los consejeros catalanes cesados, no admitió esas pruebas de las defensas, porque las consideró ajenas al proceso, lo que a ojos de estos letrados es una contradicción ya que negar la relación de esas pruebas con el juicio sería como negar la acusación de terrorismo. “Han tratado de convertir una bronca de bar a las cinco de la mañana en un día de ferias en un acto terrorista, es absolutamente disparatado”, dijo José Luis Galán, abogado de uno de los acusados.
Testigos rechazados
Los letrados también señalaron que no se les está permitiendo aportar testigos presenciales y criticaron que ni la Policía ni la Guardia Civil fueron diligentes durante la fase de investigación para encontrar personas que presenciaron los hechos. Según el letrado Jaime Montero, “fueron las familias de los encarcelados quienes tuvieron que hacer esa investigación (…) la jueza nos denegó esa fase de instrucción, por lo que solo se escuchó una parte de los hechos”. Desde la defensa también sugirieron testigos pertenecientes a Alde Hemendik que ponían en cuestión la relación de los jóvenes acusados con ese colectivo, pero tampoco fueron admitidos. “Para estos chavales, ETA es historia”, explicaron los abogados, apoyándose en la edad de los acusados (oscilaban entre 19 y 24 años en el momento de la detención). Sin embargo, todos los testigos aportados por las distintas partes de la acusación sí fueron aceptados.
Fallos en la rueda de reconocimiento
Un informe pericial señala posibles fallos durante la rueda de reconocimiento en la que los agentes víctimas de la agresión identificaron a sus supuestos agresores, pero la Sala no admitió tampoco ese documento. “Aquellas ruedas de reconocimiento practicadas en el juzgado instructor se formaron con personas de diferentes edades, nacionalidades y etnias, de los cuales ninguno era de Alsasua, previamente trasladados desde las prisiones de soto del Real y Alcalá-Meco”, señalaron los abogados de los acusados.
Presunción de inocencia
Durante el último año, varios medios de comunicación definieron a los acusados como terroristas, a pesar de que todavía el caso no ha sido sentenciado. Los abogados dicen que sus clientes no se plantean denunciar lesiones al honor y su presunción de inocencia porque “bastante tienen con esta losa” y porque creen que esta medida no les va a facilitar “pensar un proyecto de vida”.
Los tres jóvenes que permanecen en prisión incondicional y sin fianza (al principio fueron siete) se encuentran “bien tratados” pero a más de 400 kilómetros de su hogar familiar, separados desde su ingreso en la cárcel y sometidos a “condiciones duras”, con la comunicaciones intervenidas y en régimen de primer grado, que implica menos horas de salida al patio. Los abogados creen que es injusto que tres de los jóvenes permanezcan entre rejas de forma preventiva por un hipotético riesgo de huida, ya que fueron los propios acusados quienes se personaron por voluntad propia cuando supieron de los cargos que se les atribuían. “Es absolutamente desproporcionado”, señaló Amaia Izko, abogada de uno de los acusados.
El auto sobre el que se desarrollará la vista oral en la Audiencia Nacional es irrecurrible, por lo que los abogados de la defensa solo pudieron formular una protesta por escrito que enfatiza la inadmisión de las pruebas aportaron. No obstante, aseguran que las presentarán de nuevo cuando se abra la sesión oral -“no nos han comunicado ningún plazo dentro de la urgencia que requiere esto, porque llevan presos un año“-. Tampoco descartan recurrir la sentencia ante el Tribunal Constitucional y “esperamos no tener que llegar al Tribunal de Justicia Europeo“, señaló uno de los abogados. Las penas solicitadas para los jóvenes acusados suman 375 años de prisión.

Monday, November 20, 2017

La bala que acabó, hace 80 años, con el leonés más universal: Buenaventura Durruti

La bala que acabó, hace 80 años, con el leonés más universal: Buenaventura Durruti - ileon.com

80 AÑOS DE LA GUERRA CIVIL

La bala que acabó, hace 80 años, con el leonés más universal: Buenaventura Durruti

Equipo '7 Días del 36' / C.J. Domínguez | 20/11/2016 

GRÁFICO por los principales hitos de la vida del revolucionario anarquista leonés que es reconocido a nivel mundial incluso desde antes de morir por un incierto disparo el 20 de noviembre de 1936 defendiendo Madrid de la ofensiva franquista.







    En la Ciudad Universitaria de Madrid murió, hoy hace 80 años exactos, un obrero, un sindicalista, un revolucionario, un leonés que se convirtió en universal. El leonés más universal de nuestra Historia. Murió por culpa de una bala incierta. Nunca se supo de dónde salió, si de fuego enemigo de o amiga venganza. O de un accidente infortunado de su fusil Naranjero.
    Hace 80 años que murió el leonés Buenaventura Durruti y 80 años que nació el mito, aquel al que lloraron casi 100.000 personas en el entierro celebrado en Barcelona y del que hoy muy pocos ya se acuerdan.
    Durruti, una figura admirada en tiempos muy convulsos.
    Durruti, una figura admirada en tiempos muy convulsos.
    Durruti nació en las postrimerías del siglo XIX, el 14 de julo de 1896, en una modestísima casa de soportales que formaban la típica estampa del barrio de Santa Ana, un barrio obrero y humilde. Hijo de Anastasia Dumage (o Domínguez, que los biógrafos no terminan de aclararlo) y Santiago Durruti, impulsor de la primera asociación obrera de León, por si el segundo hijo de ocho del matrimonio necesitara incentivos para nacer luchador y comprometido.
    Estudió pronto y pronto se desencantó, acabando de ajustador mecánico en los talleres ferroviarios leoneses en 1912, donde desde el principio ya se muestra proclive a defender los maltrechos derechos de los trabajadores, en un principio vinculado a la Unión de Metalúrgicos de la UGT, aunque pronto será apartado de esta formación por abogar por acciones radicales frente a la opresión.
    Esa radicalización en la huelga de 1917 le llevó ya a su primer exilio, en Francia, donde cambió su vida. Las pocas fotos de la época le retratan con un instrumento musical en la mano, ya que se ganó la vida en París como mecánico pero también como integrante de una pequeña orquesta.
    Tras unirse a la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT), y adherirse ésta a la III Internacional, a cuyo II Congreso en Moscú fue enviado como delegado Ángel Pestaña, otro leonés insigne nacido en Santo Tomás de las Ollas -Ponferrada-, en 1921 Durruti regresó a España para formar parte de los grupos de acción anarquista 'Los Justicieros' y 'Los solidarios', del que también formaran parte conocidos anarquistas como Francisco Ascaso o Juan García Oliver, con quien actúa en Barcelona un año más tarde. De aquellos años son golpes bien sonados, como un atraco al Banco de España en Gijón o el asesinato del cardenal Juan Soldevila y Romero de Zaragoza.
    Se inicia después un periplo por varios países de Latinoamérica, bajo el nombre de 'Los errantes', de donde regresan en 1926 directamente a París para preparar y ejecutar, se cuenta, un plan de atentado contra el ya muy discutido rey español Alfonso XIII, plan que resulta fallido y acaba con ellos en prisión. Sin embargo, una campaña internacional en su favor consigue que se promulgue un indulto en 1927, año en el que conoce a la que será su compañera en la vida, Emilianne Morán, instalándose con ella en Bélgica y donde nacerá su hija Colette.
    En 1931 retorna a la actividad sindical en España y de ese año data su última visita a León, por la muerte de su padre, viaje en el que aprovecha a dar un sonado mitin en la antigua plaza de toros del que alguna fotografía da muestras. Ya sólo regresará por dos ocasiones a la provincia: en 1932 a la cuenca minera de Fabero y en 1936 a Veguellina de Órbigo, punto neurálgico ferroviario y agrícola.
    Su vinculación más de la FAI dentro de la CNT, que es contraria a una II República ya decretada pero que considera demasiado aposentada en la burguesía, hace que participe abiertamente en varias acciones de insurrección, como las de Figols o el Alto Llobregat, y eso le supone nuevamente acabar detenido y, esta vez, deportado a Guinea Ecuatorial y las islas Canarias. En estos años, antes del estallido golpista de la Gurra Civil, sus entradas y salidas de la cárcel son tan abundantes como sus acciones y mítines que van agrandando su fama y su figura de contestarario.
    Con la guerra, Durruti, como tantos anarcosindicalistas, ve llegado el momento de la acción real. Con el grupo 'Nosotros' lidera la defensa de Barcelona, en la que muere por disparos en plena calle y en plena batalla su compañero Ascaso, e impone que la CNT marque el ritmo en la segunda ciudad de España. Pero pronto se desencanta de las disputas internas en el seno del Comité de Milicias Antifascistas que él había sugerido y creado, con gran éxito, y decide que hay que seguir en plena acción.
    Buenaventura Durruti, Ascaso y Jover, tres referentes del anarquismo de acción.
    Buenaventura Durruti, Ascaso y Jover, tres referentes del anarquismo de acción.
    Es cuando nace la famosa 'Columna Durruti', que sale de Barcelona para liberar Zaragoza. Pobremente armados, con más ilusión que efectivos, apenas pueden ir liberando pueblo a pueblo y, eso sí, instaurar en ellos una nueva forma de autogobierno que hay expertos que indican que es la primera vez que se aplica de manera real en Europa, gracias a la colectivización, la supresión de la propiedad privada y el comunismo libertario.
    Sin poder siquiera acercarse a Zaragoza, en noviembre es palmario que Madrid necesita mucha ayuda para no sucumbir a Francisco Franco y sus tropas. La batalla se libra en plena ciudad y allí se dirige Durruti, con la aureola de salvador que fraguó en Barcelona.
    Una fama que truncó una bala en el pecho sobre la una de la tarde del 19 de noviembre, en la calle Isaac Peral. Irónicamente morirá en 20 de noviembre en el Hotel Ritz, por entonces no alojamiento de lujo sino sede del hospital de sangre de las milicias catalanas. Allí se le extrajo la misteriosa bala del calibre nueve largo, la misma munición de su propio fusil, del que algunos dice que salió por accidente, aunque aún existen abiertas -eternamente sin resolver- teorías sobre si se trató de un atentado de los comunistas, de los trotskistas a los que los comunistas señalaron a su vez, o hasta de anarquistas hartos de él.
    Las teorías fueron posteriores. Entonces, la prioridad fue esconder durante días su muerte, para que la noticia no hundiera el ánimo del frente madrileño, mientras se embalsamaba su cadáver para ser trasladado a Barcelona. Donde a su funeral y despedida por las calles de la capital catalana acudieron más de 100.000 personas, una multitud histórica que demuestran las fotografías de la época.
    Hoy es indiscutible que Durruti es el leonés más universal y de mayor influencia histórica. Se tardaron años en reconocer su figura, con una escultura en la Plaza de Santa Ana, cerca de su desaparecida casa natal. Y poco más. Pero pese a todo, 80 años después de su muerte, aún queda memoria para recordar al héroe del pueblo que quiso cambiar el mundo en un tiempo convulso y violento.
    Multitudinario entierro en Barcelona del sindicalista leonés.
    Multitudinario entierro en Barcelona del sindicalista leonés.