Decía hace pocos meses Pablo Iglesias que había que dejar atrás debates pertenecientes a la vieja política, al PSOE o al PCE. La misma tesis es sostenida por Íñigo Errejón cuando afirmaba que no iban a encasillar a Podemos en el PSOE o en el PCE, porque Podemos no es ninguna de las dos cosas, sino la posibilidad de construcción de una mayoría popular nueva.
Hace tiempo que se vislumbran aires precongresuales en Podemos. Hace tiempo que se habla de cuál es el Podemos que se necesita para llegar a ser una fuerza que consiga aglutinar a una mayoría social. Hace tiempo que Podemos olvidó aquella medida tan poco radical, a la vez que tan poco moderada, que contenía cuando tras el 15M se erigió como partido surgido de los movimientos sociales intentando canalizar las reivindicaciones del pueblo. Hace tiempo que Podemos dejó atrás la Renta Básica Incondicional ya sea por vértigo, por los posibles ataques de la mass-media, por asesores poco audaces o por el no-convencimiento de los creadores del programa político para las elecciones generales de 2015 (y 2016).
No ha habido en el seno de Podemos medida más transversal que la Renta Básica Incondicional. Al igual que no ha habido en el seno de Podemos medida más necesaria que ésta, ya que corremos un enorme peligro si el neoliberalismo se apropia de ella y la ofrece como un simple caramelo en detrimento del Estado de Bienestar. Porque, aunque cada vez es más evidente, debemos repetirlo: existen diferentes versiones de la Renta Básica Incondicional. La clave es cómo se financia: si desmantelando el Estado de Bienestar o reforzándolo junto a la garantía de la existencia material de toda la ciudadanía y, con ella, el aumento de su libertad.
Decía Pablo Echenique que es el momento de atarse los cordones, que tras dos años y medio corriendo ha llegado la hora de pararse y sentar las bases para una estructura menos descentralizada. Para ello él está llevando una iniciativa que escuche la voz de los círculos para llevar sus mensajes a la segunda Asamblea Estatal (conocida como Vistalegre 2) y así construir el Podemos de la nueva época entre todos y todas.
Pero, ¿hay realmente alguna diferencia política (que no estructural) entre el Podemos que necesitamos en la nueva época y aquél que nació de la transversalidad de los movimientos sociales? Yo creo que no. El Podemos que nació a las puertas de las europeas es el Podemos que consiguió 5 eurodiputados, es el Podemos que se constituyó dispuesto a portar el sentir de la ciudadanía a las instituciones, es el Podemos que no pedía carnet a nadie, el Podemos que bebía de la indignación para crear una mayoría popular, el Podemos que se atrevía y estaba convencido de que la Renta Básica Incondicional era la mejor herramienta para garantizar la existencia material de toda la ciudadanía.
Ahora, a las puertas de Vistalegre 2 es cuando nos toca recordar, por ejemplo, cuál fue la medida programática más votada para las generales del 20 de diciembre de 2015 en Plaza Podemos por las personas inscritas. Estoy seguro de que Pablo Echenique se la encontrará en su ruta y que, como buen Secretario de Organización, no hará oídos sordos. Ahora, a las puertas de Vistalegre 2 es cuando nos toca recordar y poner una vez más sobre la mesa qué es lo que buscamos con la transversalidad. La transversalidad es definida por la RAE como aquello que se halla o se extiende atravesado de un lado a otro. Precisamente, si queremos dejar de lado algunos de los malos y viejos debates de izquierda y derecha, y somos los suficientemente maduros como para comprender que el tablero político ha cambiado, que existe una mayoría popular frente a una minoría privilegiada, que hay realidades diferentes y mucho más polarizadas que hace 30 o 40 años o incluso antes de la crisis de 2007, si queremos entender realmente el mundo que nos ha tocado vivir y queremos acabar con todas aquellas situaciones que impiden la libertad de la mayoría, no podemos obviar que la Renta Básica Incondicional dota a todas las personas de un aumento de la libertad individual, garantizando la existencia material de toda la población.
Creo que es de obligado cumplimiento que en Vistalegre 2 la Renta Básica Incondicional tenga un peso muy relevante. Pero no porque yo sea simplemente partidario, no. Es de obligado cumplimiento porque las personas inscritas así lo han manifestado durante todo este tiempo que llevamos engrasando la maquinaria. Porque hay un clamor popular en el seno de Podemos que pide que la máquina esté lista tras Vistalegre 2, y esta máquina no puede obviar la propuesta realizada por el Círculo de Renta Básica que ha conseguido ser la más votada por las bases.
Porque es el momento de que Podemos vuelva a ser esa fuerza canalizadora del sentir popular, porque debemos estar de acuerdo en que hay que tener un pie en las instituciones y miles en la calle, pero para ello, no debemos olvidar que lo principal es escuchar a aquellas personas a las que representamos para no ser más de lo mismo. Para que 2017 sea el año en que la cordura y la justicia social vuelvan a imponerse en Podemos, debemos sentar sólidos pilares en Vistalegre 2 con el blindaje del Estado de Bienestar y la Renta Básica Incondicional como ejes principal de nuestras políticas sociales.
Decía Nelson Mandela que “la pobreza no es natural, es creada por el hombre y puede superarse y erradicarse mediante acciones de los seres humanos. Además, erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es una acto de justicia”. Así como en la vida no es malo dar un paso atrás para coger impulso o cambiar la dirección, tampoco lo es en Podemos. Recuperemos la Renta Básica Incondicional tan necesaria para terminar con la pobreza y conseguir la libertad individual de todas las personas. Está en nuestras manos volver a la tan añorada senda que tantas alegrías nos dio.
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