NO TIENE SENTIDO
De manos de Suso Basterrechea un articulo que esclarece con brevedad y acierto el corazon de todo lo que rodea la esquilamcion de la memoria arquitectonica y urbanistica de Ferrol.
NO TIENE SENTIDO
DOMINGO, 22 DE ENERO DE 2012 00:00 ALFREDO VIGO TRASANCOS
Fue en enero de 2008 cuando, a petición del Consello da Cultura Galega, tuve la oportunidad de realizar un informe sobre la pertinencia de declarar el barrio de Ferrol Vello Bien de Interés Cultural, con el fin de dar respuesta a una solicitud que hacía a la institución gallega la Dirección Xeral do Patrimonio de la Xunta de Galicia.
Obviamente se me hizo la consulta por mi condición de experto en Historia de la Arquitectura y particularmente por mi trayectoria de investigador sobre el tema del urbanismo ferrolano, que vengo estudiando desde hace ya bastantes años.
Y por esa razón, argumentando el interés histórico que tenía el barrio, indicaba en mi informe que Ferrol Vello merecía ser declarado BIC por ser el origen mismo de la ciudad de Ferrol, un conjunto urbano de arraigo medieval de configuración espontánea y orgánica y, además, por ser el contrapunto necesario al impecable y ordenado barrio de la Magdalena que así hacía valer en toda su expresión la calidad urbanística de la cultura ilustrada.
En otras palabras, quería subrayar que Ferrol Vello y la Magdalena formaban, en su llamativo contraste urbano, un binomio necesario, imprescindible para aclarar el desarrollo y las circunstancias históricas de la ciudad de Ferrol.
Era consciente, no obstante, de que no quedaba en el barrio viejo ninguna construcción medieval que le diese un rango monumental destacable; pero al conservar su traza viaria antigua, su parcelario del Medievo, el valor pintoresco de sus inmuebles en donde se apreciaban tipos arquitectónicos que iban de la vivienda popular marinera con solana de madera y voladizos, a casas decimonónicas con galerías y balcón y aún a construcciones que se movían entre el más estricto racionalismo y el más elegante diseño “art déco”, había motivos más que suficientes para conservarlo.
Ahora bien, en mi informe destacaba no sólo la conveniencia de proteger el barrio histórico, sino de delimitar muy bien todos sus espacios de respeto pues había en su entorno lugares y edificios muy destacables: el viejo muelle y dársena de Curuxeiras origen del puerto civil dieciochesco, la fuente de la Fama con su nueva tipología en obelisco, la iglesia de San Francisco con la capilla de Orden Tercera, Capitanía y los jardines de Herrera, el Parque Municipal… y mencionaba también entre ellos la Fábrica de Lápices “Hispania”, lógicamente por el interés de su tipología industrial, el valor de su arquitectura “déco” y por ser obra, además, del mejor momento profesional del arquitecto municipal Nemesio López, que luego fue por otros derroteros menos valiosos.
En fin, que en parte gracias a estos argumentos y no sin cierta polémica mediática y problemas administrativos, pudo conseguirse en el año 2011 que la Xunta de Galicia declarase con buen criterio BIC, con la categoría de conjunto histórico, el barrio de Ferrol Vello.
Se señalaba además en el texto de la declaración que se reproduce en el DOGA nº 43 del 10 de febrero de ese año, que la consideración de BIC se hacía, entre otras muchas cosas, por formar el viejo barrio medieval “una curiosa amalgama de edificios” entre los que destacaba algún que otro de “diseño art déco”; y más adelante, a la hora de delimitar el perímetro del conjunto, señala asimismo el texto que en el tramo 4-5 debe seguirse el “linde norte de la Fábrica de Lápices Hispania, dejando ésta dentro del entorno de protección”; de ahí mi sorpresa y perplejidad al enterarme por la prensa que se ha comenzado a derribar el citado edificio con todos los permisos necesarios.
A decir verdad no parece tener sentido que después de tantos esfuerzos argumentativos en favor de la protección, ahora se mire hacia otro lado y se convierta el documento oficial en simple papel mojado. Soy consciente de que la Fábrica de Lápices no está en buen estado, que convive en un entorno de ruina preocupante que afecta a la práctica totalidad del barrio, incluso se puede entender en la realidad actual que acaso no merezca todo el edificio el mismo grado de interés y protección, pero todo esto se puede mejorar en un contexto social que se interese por la rehabilitación integradora que es, precisamente, el que propugna en principio toda sociedad civilizada que se identifica en sus declaraciones de BIC, siempre planteadas para proteger o un conjunto de interés o un edificio destacable.
Por esta misma razón, podríamos derribar en cualquier momento lo que resta del Teatro Renacimiento en el barrio de la Magdalena, porque se encuentra igualmente en un lastimoso estado y en el borde de otro conjunto histórico.
En fin, que creo que debiera considerarse el comportamiento destructivo y que debiéramos de ver en la Fábrica de Lápices un edificio de interés y conservable, siquiera en sus elementos más singulares entre los que están, obviamente, la chimenea y el volumen principal de su fachada.
Que una ciudad como Ferrol que fue un emporio industrial destacado conserve algún referente de este tipo me parece importante; que los ciudadanos apoyen públicamente el valor que tiene su legado histórico revela también su nivel y su educación hacia estos temas, que las autoridades municipales se impliquen en esta política de respeto es algo que también considero fundamental; es más, la propia Xunta debiera de actuar con un comportamiento ejemplar haciendo valer lo expresado en su Diario Oficial aunque esté por hacer o aprobar el necesario plan especial de protección del barrio que resulta imprescindible para iniciar su recuperación. Incluso diría que es de valorar y de tener en cuenta en una empresa constructora que promueva lo nuevo sin por ello proceder a arrasar en su integridad un edificio que sale mencionado en los informes previos de protección, en algunos libros de arquitectura histórica ferrolana y en el texto mismo de declaración de BIC del propio Diario Oficial de Galicia. Es la diferencia que existe entre un comportamiento que aspira a construir desde el respeto al patrimonio y aquel otro que, en cambio, mantiene una actitud más voraz y especulativa.
Creo que hay soluciones para que se encuentren los dos intereses y que se deben poner los medios para lograr un resultado aceptable. Todos queremos la regeneración de Ferrol Vello y de todo su entorno, pero eso no se puede conseguir de ningún modo con el primario argumento de la demolición por ser doloroso a la vez que irreversible.
(*) Alfredo vigo trasancos es catedrático de historia del arte de la universidad de santiago.
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