Caricatura de Carlos Latuff
El 9 de octubre Facebook eliminaba la página del Centro Palestino de Información (PIC) sin contactar siquiera con sus administradores. Contaba con casi cinco millones de seguidores y para los provocadores al servicio de Israel en las redes sociales, era otro enemigo a liquidar. Facebook volvió a demostrar su servilismo hacia Tel Aviv y su apoyo al racismo y el apartheid.
Según un documento obtenido por The Electronic Intifada, el gobierno israelí ha financiado una campaña mundial de propaganda para manipular a los extranjeros y luchar contra el movimiento palestino BDS por el Boicot, la Desinversión y las Sanciones(1).
Israel ha formado un ejército de miles de provocadores parcialmente financiados por el Ministerio de Asuntos Estratégicos. Para ocultar su participación, el Ministerio ha admitido que trabaja con grupos que le sirven de camuflaje y no quieren exponer sus vínculos con Tel Aviv.
Una de las plataformas en línea de este tipo es Act Il, que tiene 15.000 miembros activos. Se trata de una aplicación móvil que recluta provocadores para una guerra virtual frente a los mensajes propalestinos en Facebook(2).
Sin embargo, Israel nunca habría logrado sus objetivos si Facebook no se hubiera sumado oficialmente al gobierno de Tel Aviv en su guerra virtual contra los palestinos.
En 2014 Sohaib Zahda fue el primer palestino detenido por el ejército israelí por insertar un mensaje en las redes sociales. Se inició así una nueva estrategia para reprimir lo que Israel considera una “incitación”. Desde entonces, la campaña de detenciones se ha extendido a cientos de palestinos, principalmente a jóvenes artistas, poetas y estudiantes.
A partir del año siguiente Israel comenzó a presionar seriamente a Facebook. Las detenciones de palestinos por mensajes en Facebook abrieron una nueva ventana a las prácticas de Israel, revelando el lado más oscuro de las redes sociales.
Israel construyó rápidamente una base legal para las detenciones. Sólo en 2015 se abrieron 155 sumarios, proporcionando una cobertura legal que fue explotada como parte de su posterior acuerdo con Facebook. Los jueces han recurrido al artículo 144 D.2 del Código Penal israelí de 1977 (“incitación a la violencia y al terror”) para la represión en las redes sociales.
Como es corriente, la estrategia israelí comenzó con una campaña masiva de propaganda para crear una presión pública y mediática en Facebook. El gobierno israelí activó el ejército de sicarios que acababa de crear en internet para decir que Facebook se había convertido en una plataforma de ideas violentas que los palestinos explotaban sobre el terreno.
Cuando en septiembre de 2016 el gobierno israelí anunció su voluntad de trabajar con Facebook para “luchar contra la incitación” a la violencia, la red de Zuckerberg estaba preparada para acabar con la libertad de expresión que siempre había prometido respetar.
Tras dos días de conversaciones en las que participaron, entre otros, el Ministro del Interior israelí Gilad Erdan y el Ministro de Justicia Ayelet Shaked, el gobierno israelí y Facebook acordaron “combatir la incitación a la violencia en las redes sociales”(3).
En una declaración posterior, el gabinete del ministro israelí de Interior reconoció que ambas partes habían acordado “crear equipos para determinar la mejor manera de supervisar y eliminar el contenido incendiario”. Eso significaba que los contenidos relacionado con Palestina e Israel serían filtrados, no sólo por Facebook, sino también por los policías israelíes.
El proceso de selección de objetivos sigue siempre el mismo recorrido:
- Los provocadores israelíes aparecen y comentan las publicaciones palestinas
- Denuncian a las personas y los contenidos supuestamente ofensivos al equipo conjunto de Facebook e Israel
- La plataforma digital envía recomendaciones sobre las cuentas marcadas para la censura
- Las cuentas palestinas y solidarias se borran o se eliminan
La censura ha resultado devastadora para los palestinos, con muchas páginas eliminadas temporal o permanentemente.
Notas y referencias bibliográficas:
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