John Cage era, quizá antes que nada, un gran músico y compositor. Uno muy peculiar, para quien los elementos más importantes de cualquier creación estaban en cosas inusuales, como el silencio.
¿Un músico a quien le parece más importante el silencio que los sonidos? Efectivamente, así era John Cage. Con ese pensamiento original nutrió una larga e increíble carrera como músico, pero también como pintor, pensador y poeta. Un artista en todo el sentido de la palabra, el cual veía en el quehacer del artista el acceso a reconocer nuestra verdadera naturaleza, y un medio a través del cual podemos seguir construyendo la bondad que descansa en cada uno de nosotros.
“Es esencial que estemos convencidos de la bondad natural del humano, y debemos actuar como si la gente fuera buena. No tenemos razón para pensar que son malos.”
En el lado humanista de Cage, el arte es también un gran esfuerzo colectivo: “El arte no es algo que haga una sola persona, sino un proceso puesto en movimiento por muchos.”
Ese “artista colectivo” es el contrapunto de lo que se presenta como la supuesta naturaleza malvada y ególatra del hombre. Para John Cage no había tal cosa: si bien algunos comportamientos provienen del instinto de supervivencia y llevan a realizar actos contra el otro, dichos actos en la sociedad se convierten en la máxima en latín que Hobbes popularizó: el hombre es un lobo para el hombre. No implican por ende una maldad “natural”, intrínseca al hombre, sino una “programática” social que debe ser combatida.
En ese sentido, la apropiación de John Cage del pensamiento rebelde, anarquista, fortalece su peculiar visión de la naturaleza humana y del arte como mediadora de ésta. Para muchos teóricos del anarquismo, el ser humano es por naturaleza sociable, y es por ahí donde se debe empezar todo análisis de lo humano. Piotr Kropotkin, por ejemplo, pensaba que la solidaridad es un principio fundante de la socialidad animal y humana: He ahí por qué esa práctica de la solidaridad no cesa nunca, ni aún en las peores épocas de la historia.
Por eso para Cage el egoísmo o la maldad no son comportamientos naturales pero “correctibles”, y si en cambio lo es la bondad (algo que muy probablemente aprendió de la práctica zen). Es esa bondad, y la búsqueda de la misma, el principal catalizador de la práctica artística y la llave para potenciar al ser humano: “El arte, como yo lo veo, tiene todo que ver con cambiar la mente, alejarla de los confines del ego (el arte en mi opinión no es expresión personal) y llevara a surcar sobre el circulo completo de las percepciones sensoriales.”
Mediante el arte es posible liberar al pensamiento y estallar la bondad (propia y ajena) en todos los ámbitos de la vida. Así el arte puede devenir incluso ecológico y sustentable, cuando está orientado hacia los demás —no por nada el pensamiento de Cage inspiró al gran futurista Buckminster Fuller—.
El planteamiento de John Cage puede parecer utópico para muchos, pero ¿de dónde (sino de desear alcanzar la anhelada utopía) podría salir un pensamiento tan libre y a su vez liberador como el de este rebelde?
[Tomado de https://noticiasvenezuela.org/2018/01/23/john-cage-la-bondad-es-un-logro-colectivo-de-la-humanidad-y-hay-que-seguir-construyendola.]
Anexo: El piano y el anarquismo
Tierr(A)narquista
John Milton Cage es una de las figuras más importantes del arte contemporáneo, no solo por sus innovaciones en el campo de la música sino como pensador, escritor y filósofo. Nacido en los Estados Unidos de Norteamérica el 5 de Septiembre de 1912, hijo de un inventor, hace sus estudios de preparatoria en Los Angeles, y atiende después dos años a la Universidad de Pomona en Claremont. En 1930 hace un viaje por Europa en el que se dedica a estudiar Arte, Música y Arquitectura, y a su regreso a los Estados Unidos se dedica a escribir poesía, a pintar, y a estudiar composición con Richard Buhling. En 1933 va a Nueva York por un año a estudiar con el compositor Adolph Weiss, y atiende a clases de música folklórica y contemporánea con Henry Cowell en la "New school for social research". Al regresar a California en 1934, estudiará contrapunto con Arnold Shoenberg. Sin embargo, la dirección que va a tomar Cage en la música va a ser diametralmente opuesta de la de su maestro europeo.
La faceta mas particular que va a convertir a John Cage en uno de los grandes inovadores musicales de este siglo y que lo va a apartar de la tradición Europea, es la búsqueda de la "obra abierta". Para Cage la obra de arte se tiene que abrir a la vida, y esto trae como consecuencia la creación de obras en las que el artista se hace a un lado y deja que los acontecimientos que existen en ellas tengan lugar simultáneamente, sin que interfieran unos con otros. Para lograr esto él compone su música usando técnicas de azar que determinan cada nota, cada rítmo y cada silencio de sus obras. De esta manera, ninguna opinión personal del artista altera a la obra, pues toda decisión es efectuada de manera aleatoria. Cage afirma que para componer de esta manera es necesario que el artista aniquile su ego, ocasionando de esta manera que las obras se vuelvan menos "expresivas" con el fin de que las emociones surgan no de ellas, sino de la gente que las escucha.
Debido a su postura anarquista. Desde muy joven, Cage va a comulgar con el pensamiento de algunos pensadores anarquistas como Thoreau, a la par que con las filosofías de oriente. El anarquismo es tal vez una razón mas por la cual a Cage no le interesa transmitir un mensaje al espectador, a él le interesa convertir su obra en un gran espejo dentro del cual cada quien pueda observar y mirar cosas distintas. Podemos pensar que de alguna manera esta postura está implicando que la comunicación entre el compositor y el auditor no existe.
[Tomado de http://tierranarquista.blogspot.mx/2012/08/el-piano-y-el-anarquismo.html.]
John Milton Cage es una de las figuras más importantes del arte contemporáneo, no solo por sus innovaciones en el campo de la música sino como pensador, escritor y filósofo. Nacido en los Estados Unidos de Norteamérica el 5 de Septiembre de 1912, hijo de un inventor, hace sus estudios de preparatoria en Los Angeles, y atiende después dos años a la Universidad de Pomona en Claremont. En 1930 hace un viaje por Europa en el que se dedica a estudiar Arte, Música y Arquitectura, y a su regreso a los Estados Unidos se dedica a escribir poesía, a pintar, y a estudiar composición con Richard Buhling. En 1933 va a Nueva York por un año a estudiar con el compositor Adolph Weiss, y atiende a clases de música folklórica y contemporánea con Henry Cowell en la "New school for social research". Al regresar a California en 1934, estudiará contrapunto con Arnold Shoenberg. Sin embargo, la dirección que va a tomar Cage en la música va a ser diametralmente opuesta de la de su maestro europeo.
La faceta mas particular que va a convertir a John Cage en uno de los grandes inovadores musicales de este siglo y que lo va a apartar de la tradición Europea, es la búsqueda de la "obra abierta". Para Cage la obra de arte se tiene que abrir a la vida, y esto trae como consecuencia la creación de obras en las que el artista se hace a un lado y deja que los acontecimientos que existen en ellas tengan lugar simultáneamente, sin que interfieran unos con otros. Para lograr esto él compone su música usando técnicas de azar que determinan cada nota, cada rítmo y cada silencio de sus obras. De esta manera, ninguna opinión personal del artista altera a la obra, pues toda decisión es efectuada de manera aleatoria. Cage afirma que para componer de esta manera es necesario que el artista aniquile su ego, ocasionando de esta manera que las obras se vuelvan menos "expresivas" con el fin de que las emociones surgan no de ellas, sino de la gente que las escucha.
Debido a su postura anarquista. Desde muy joven, Cage va a comulgar con el pensamiento de algunos pensadores anarquistas como Thoreau, a la par que con las filosofías de oriente. El anarquismo es tal vez una razón mas por la cual a Cage no le interesa transmitir un mensaje al espectador, a él le interesa convertir su obra en un gran espejo dentro del cual cada quien pueda observar y mirar cosas distintas. Podemos pensar que de alguna manera esta postura está implicando que la comunicación entre el compositor y el auditor no existe.
[Tomado de http://tierranarquista.blogspot.mx/2012/08/el-piano-y-el-anarquismo.html.]