Thursday, February 28, 2019

Las cajas y el 8M: “Yo no veo colores, veo personas”

Las cajas y el 8M: “Yo no veo colores, veo personas” – Afroféminas




Las cajas y el 8M: “Yo no veo colores, veo personas”

Ilustración de Rory Midhani
El próximo 8 de Marzo, Dia de la Mujer Trabajadora, se están preparando toda una serie de acciones para reivindicar la lucha feminista. Tanto en España como en Catalunya, diversas organizaciones y colectivos se han agrupado para elaborar un argumentario donde se exponen los motivos que les llevan a la huelga.
Llevo, días, semanas, leyendo los diversos argumentarios publicados, recibiendo las convocatorias de las diferentes comisiones y aunque esté de acuerdo en la mayoria de reivindicaciones, no acabo de sentirme interpelada. Es como si le hablaran a otra(s).
El año pasado, esta misma revista, explicó con este artículo, porqué no secundaba la huelga y yo, puérpera perdida que estaba con un bebe de 5 meses, no profundicé demasiado porque no tenía capacidad mental para ello, pero me resonó algo.
Este año, como decía, he dedicado bastante tiempo a bucear en los diferentes argumentarios e informaciones públicas e intentado contactar con otras mujeres no blancas, no migrantes y no refugiadas para saber si formaban parte de la organización porque me parece bastante improbable que si se hubiera tenido en cuenta nuestra voz, hubiese salido un argumentario así.
La idea que subyace en todos los textos y enfoques es que las mujeres no blancas vamos en el “bloque” de las migrantes y refugiadas. Porque claro, las autóctonas son blancas.
En TODOS los párrafos donde se menciona el agravante opresivo de raza (racismo) en el sistema patriarcal, éste va ligado a la situación administrativa ineludiblemente.
Entonces, las mujeres como yo que no somos blancas, no somos migrantes y no somos refugiadas y, por ende, tenemos una opresión propia, ¿debemos sentirnos interpeladas a secundar la huelga obviando nuestras propias opresiones particulares?
He reflexionado mucho acerca de los motivos que pueden haber desembocado en esta realidad y me han surgido cosas como:
-Han intentado incluirnos pero no habia nadie disponible.
-Las mujeres no blancas disponibles para argumentar la decolonialidad y el antirracismo son mujeres también migrantes o refugiadas y hablan desde su propia experiencia, que es muy válida, pero no es generalizable porque (y este es el motivo con el que me he quedado) las mujeres racializadas* NO somos un estereotipo.
Efectivamente es la razón más plausible que se me ocurre.
El feminismo hegemónico en España (y en Catalunya también lo veo), el que enarbola la bandera de la abolición del género porque es un constructo social opresor, es el mismo que mete en una caja y relaciona sistemáticamente la raza a la situación administrativa, perpetuando en el imaginario colectivo el concepto “blanca=autóctona, no blanca= inmigrante” con sus connotaciones “norte vs sur” o “ricas vs pobres”.
Y por eso cada vez que he preguntado por la participación de las mujeres no blancas en la organización de la huelga, me han remitido a las asambleas y comisiones de mujeres migrantes y refugiadas. Porque si no soy blanca, debo ser migrante.
Incluso, yendo más allá, me atrevería a señalar como se ignora con esto que asociar constantemente la raza a la situación administrativa perpetúa el clasismo blanco eurocéntrico, el empobrecimiento y precariedad de las personas no blancas derivados del racismo institucional y deja fuera del juego otras realidades que no son las binarias tan propias del patriarcado.
Veo así como la interseccionalidad es solamente superficial, de boquilla, o puede que sólo mal entendida y practicada.
En cada individuo, en cada persona, en cada mujer pueden darse diversos factores que le otorgarán más o menos privilegios y opresiones dentro del sistema patriarcal.
Y para una lucha sana, constructiva, consciente y efectiva, debes tener presente que puedes ser al mismo tiempo privilegiada frente a unas y oprimida frente a otras.
Existe también otra opción, y es que no se mencione la opresión de raza como problemática central (al nivel de la clase, la salud mental, la disidencia sexo-género, entre otras) porque la voluntad a prioriinclusiva del “yo no veo colores, veo personas” asuma que las mujeres no blancas estamos interpeladas en el genérico “mujeres” y por lo tanto no es necesario mencionar el racismo y la invisibilización que sufrimos al margen de nuestra situación administrativa.
Lo cual es, si cabe, más grave todavía porque supondría ignorar completamente que el racismo agrava la desigualdad estructural hacia las mujeres no blancas y asumiría que para alcanzar la plena igualdad basta con actuar como si no fuésemos distintas cuando realmente lo somos.
No reconocer las diferencias raciales invisibiliza aún más nuestra realidad y es una forma de opresión en sí misma.
No obstante, el encasillamiento de la raza y la situación administrativa es un problema de la sociedad patriarcal en general que trasciende al feminismo hegemónico y se hace evidente en los argumentarios de la huelga del 8M pero puede y debe revertirse desde la deconstrucción porque actualmente, los argumentarios de la huelga no nos incluyen y cuando pretenden hacerlo, lo hacen desde el maternalismo de cedernos el espacio que consideran que debemos ocupar: un espacio a parte, aunque dentro de SU del movimiento. 
Ejerciendo la autocrítica, diré que yo personalmente he centrado mis energías en las acciones locales y por lo tanto no he participado de las asambleas organizativas. Comentandolo con otras afrofeministas y colectivos de no blancas, parece ser una situación común que tampoco ha sido contrarrestada con alguna iniciativa o invitación por parte de la organización hegemónica. 
Puede ser porque las afrofeministas tenemos la lucha antirracista como prioritaria y ligada indisolublemente al feminismo, por lo tanto nuestro activismo suele manifestarse más en organizaciones antirracistas y allí nadie nos ha venido a buscar para invitarnos a las asambleas. O puede que sea porque al estar las mujeres migradas, ya quedaba la cuota racial cubierta. En cualquier caso se percibe el racismo como una problemática menor.
Por contra, en Catalunya, diversas activistas y colectivos antirracistas decoloniales participan de la manifestación nocturna del 7M organizada por t.i.c.t.a.c. (taller de intervenciones críticas transfeministas antirracistas combativas) y que evidencia en su manifesto 2018 el tratamiento de la diversidad e interseccionalidad por parte de la organización hegemónica de la huelga 8M.
Reconozco el esfuerzo realizado este año para aplicar la visión antirracista en el argumentario, pero al mismo tiempo veo como queda mucho por deconstruir aún y personalmente, seguiré deconstruyendome, aprendiendo, trabajando y luchando para visibilizar las distintas realidades afro, compartiendo mi propia experiencia y animando a otras personas no blancas a manifestar las suyas a toda aquella que esté dispuesta a escuchar.
Esa es mi aportación para abolir el binarismo clasista-racial: educación y difusión para destruir las cajas que el patriarcado nos impone.
Y tu? Que vas a aportar tu?
*no suelo utilizar la palabra racializada porque entiendo que perpetúa el concepto de “persona blanca como medida de todas las cosas” e incide en la idea de que lo normal es ser blanca y las que no lo somos , somos la excepción a la norma. No obstante, mientras encuentro un término que me satisfaga, lo utilizaré en algunas ocasiones para no abusar de la expresión “no blanca” (que es la que de momento más se ajusta a mis exigencias decoloniales).

BASHA CHANGUERRA
Aprendiz de todo en deconstrucción continua. Maternidad, afrofeminismo y conciencia social confluyen en mi vida y mi mente para dar paso a las reflexiones que comparto.
Facebook & Twitter: @mamichanguerra

Caetano Entrevista Boaventura de Sousa Santos

Sunday, February 24, 2019

Gilets jaunes: persiste y aumenta la movilización en el sábado XV

Gilets jaunes: persiste y aumenta la movilización en el sábado XV | Periodistas en Español





Mientras los telediarios de las grandes cadenas de televisión y la prensa progubernamental insisten cada día en minimizar el alcance del movimiento de los gilets jaunes, subrayando sus divisiones internas, el Ministerio del interior ha reconocido este sábado, acto XV, un incremento de esta protesta social, con participación de 46 000 manifestantes en toda Francia, cifras oficiales que según los organizadores están muy por debajo de la realidad.
Gilets jaunes en País el 23 de febrero de 2019
Gilets jaunes en País el 23 de febrero de 2019
Manifestaciones que se han desarrollado mayoritariamente en calma, salvo contados incidentes.
El gobierno y su mayoría parlamentaria han fracasado en su tentativa de reducir o asimilar el movimiento de los gilets jaunes a una horda de “extremistas” y “antisemitas”. El diario “Le Parisien” tomaba sus deseos por realidad titulando “Gilets jaunes, à bout de soufle”, pero la movilización de este sábado 23 de febrero de 2019 en Paris, Toulouse, Burdeos, Chambord, Clermont Ferrand, Lyon, Lille o Nantes…, muestra que la movilización persiste no obstante las divisiones y provocaciones que se han manifestado en su seno, y a pesar de la violenta represión policial y judicial practicada por el gobierno desde hace ya más de tres meses.
En París numerosas pancartas de los manifestantes denunciaban este sábado el racismo y el antisemitismo.
El comienzo de las vacaciones escolares no ha tenido pues un efecto desmovilizador, y coincidía este sábado en Francia con la apertura del salón de la agricultura, una ocasión mas para el jefe del Estado, Emmanuel Macron, de proseguir su show o precampaña electoral para intentar convencer a los franceses que, según los sondeos de opinión, han dejado de creer en sus promesas. Los gilets jaunes que han intentado acercarse del presidente en el salón de la agricultura han sido mantenidos a distancia por un férreo servicio de seguridad.
Los gilets jaunes han anunciado ya que proseguirán la lucha y preparan una importante movilización para el fin de semana del 9 de marzo. La fractura entre la protesta social de los gilets jaunes y “el debate nacional” organizado y controlado por el gobierno es cada vez mas evidente, mientras que la presidencia de la Republica atraviesa además en estos días nuevas zonas de turbulencias con el caso Benalla[1] y las conclusiones de la comisión de investigación del Senado.

El senado denuncia la responsabilidad de la Presidencia en el caso Benalla

La semana que se acaba ha estado marcada también aquí por el caso Benalla. Siete meses después de haber abandonado sus funciones en el palacio del Eliseo, los dos excolaboradores de Macron, Alexandre Benalla y Vincent Crase, quienes estaban procesados, han sido detenidos. Las revelaciones publicadas por Mediapart han provocado la revocación del control judicial de ambos acusados y su ingreso en prisión.
Hasta la fecha Benalla está acusado en tres procesos diferentes:
  • Su participación en acciones violencias durante la manifestación del 1 de mayo de 2018, con tenencia ilícita de armas
  • Una investigación judicial sobre el uso ilegal de pasaportes diplomáticos.
  • Y una investigación por corrupción en relación con contratos con un controvertido hombre de negocios ruso.
La comisión de investigación del senado ha hecho publico un informe en el que pone de relieve que tanto Benalla como Crase mintieron bajo juramento en sus declaraciones, en particular sobre el contrato de seguridad firmado con Iskander Makhmudov, oligarca ruso allegado a Putin.
Mientras en la Asamblea Nacional, la mayoría parlamentaria LREM (partido de Macron) impidió el buen funcionamiento de la comisión de investigación parlamentaria, en el Senado, controlada por una mayoría de la derecha LR (Republicanos) en la oposición, ha ido hasta el final de sus conclusiones al poner de relieve el disfuncionamiento al más alto nivel de la Presidencia de la República.
La comisión senatorial pone en cuestión los testimonios de tres altos responsables del Eliseo, colaboradores de Macron: StrzodaKholer y Lavergne, repletos de “omisiones”, “incoherencias” y “contradicciones”. Los senadores recuerdan que “todo falso testimonio ante una comisión de encuesta parlamentaria puede ser sancionada con 75 000 euros de multa y una pena cinco años de cárcel”.
La comisión senatorial lanza así “un procedimiento por falso testimonio contra Benalla y apunta la existencia de importantes disfuncionamientos en la cumbre del Estado”.

Friday, February 22, 2019

Suicidio: cuando la salida es solamente esa

Suicidio: cuando la salida es solamente esa | Periodistas en Español






Suicidio: cuando la salida es solamente esa

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En España, y no hablamos de un país en donde tienen lugar muchos suicidios, se calcula que diez personas se quitan la vida cada día y al menos, 20 lo intentan, lo que supone que 3.700 personas se suicidan cada año. El Congreso de los Diputados de la mano de Íñigo Allí, diputado por Navarra, ha dado constancia de los datos que tienen que ver con la pérdida de un ser querido, que se ha suicidado en una jornada dedicada exclusivamente al suicidio. A la misma, han acudido portavoces de la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales, así como los presidentes de varias organizaciones sociales entre ellas, la asociación La Barandilla, FEJAR, Teléfono de la Esperanza o la Confederación de Salud Mental de España.
Asimismo han atendido la mesa de prevención del suicidio, el Dr. Carrasco, jefe de la Unidad de Trastornos de la Personalidad del Hospital Clínico San Carlos, así como el Sr. Anseán, psicólogo y presidente de la sociedad española de Suicidología, y el Sr. Navarro, polícia nacional experto en acoso, así como el Sr. Echávarri, psicólogo del teléfono de la Esperanza así como varios periodistas de medios de comunicación y profesionales de los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado.
Llegar a tiempo, evitar el fatal desenlace y darle forma al dolor se podría prevenir con el inexistente Plan Nacional de Prevención de Suicidio, según el presidente de la Sociedad Española de Suicidología; plan que según Carcedo, ministra de Sanidad estaba en la hoja de ruta del gobierno junto con un plan de salud mental, que ya no se llevará a cabo por el fin de la legislatura.
Los médicos de primaria, según se ha apuntado en una de las mesas, deben preguntar al paciente sobre su estado mental si acusan algún cambio o si refiere alguna circunstancia que determina su patología. Probablemente si existiera psicólogo en primaria atendería esos casos que deben ajustarse y se evitarían muchas muertes, ha añadido. El sufrimiento que está mal visto por la sociedad, niños y adolescentes que tienen la sensación única de una incomprensión y desesperanza por abandono, por falta de atención de los padres o por diversas causas, optan por dejar de vivir como primera opción.
La asociación de personas afectadas por el suicidio apuntan que una llamada, una simple conversación puede evitar el desenlace, así como el teléfono de la esperanza que funciona los 365 días del año y es gratuito. En todo caso, Allí ha apelado a la necesidad imperiosa de elaborar un plan nacional contra el suicidio para que estas cifras no sean una realidad y para que exista una salida para estos pacientes.
El perfil del suicida no es uno concreto. No son personas mayores ni tampoco jóvenes; la persona que decide quitarse la vida abarca desde la adolescencia por acoso o fracaso escolar, hasta la edad madura, por paro, depresión, divorcios, etc. No existe un prototipo ni tampoco una razón. Es un segundo en el que en ese día, al no poder más, la decisión acaba con la persona sin que aparentemente, las personas de su entorno puedan preverlo o siquiera, evitarlo. La soledad, el paro, el aislamiento, la incomprensión del entorno, la desesperanza, la falta de motivación, la idea de no poder seguir, nos hace ocultar el sentimiento durante mucho tiempo hasta que sin más dilación, sucede.
Para los psiquiatras el suicidio es una liberación de las dificultades y ataduras de la vida; un cambio para pasar de lo vivido a un plano existencial imaginado lleno de paz y ausencia de sufrimiento. Este hecho que se ha pensado, o no, no se prevé con antelación en muchos casos y es inevitable en otros. El objetivo que es necesariamente morir es una apuesta de placer para el suicida que abandona las ideas de dolor y por tanto, quiere cambiar las circunstancias existentes y regresar a un estado de seguridad aunque en el fondo, con una conversación, una apuesta por la vida, probablemente cambiaría de opinión.
En el fondo nadie quiere morir y nadie quiere morir suicidándose, pero ante el terrible acontecimiento del sufrimiento vital puede que la decisión sea solamente esa. La prevención, estar pendiente de los cambios de actitud o cambios vitales y tender la mano al que sufre, ya sea amigo, pariente o conocido, puede evitar un fatal desenlace del que todos, en alguna medida, somos culpables.

Monday, February 11, 2019

Maduro no será la izquierda, pero Guaidó es el imperialismo

Maduro no ser

Maduro no será la izquierda, pero Guaidó es el imperialismo

María Julia Bertomeu 

Gustavo Buster 

Daniel Raventós 

03/02/2019
La autoproclamación del presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, como presidente del país, alegando —según el art. 233 de la constitución bolivariana— la ocupación ilegal del cargo por Maduro, ha abierto el escenario definitivo de un golpe de estado del imperialismo estadounidense y de los sectores de la oposición venezolana que lo apoyan.
No es el primero. Ahí están los antecedentes de 2002 y 2004, cuyo desarrollo conspirativo y entramado jurídico-político son ampliamente conocidos. También en este caso, y para sortear las disposiciones antigolpistas de la OEA, este golpe ha ido acompañado de un entramado jurídico político a partir de la victoria de la oposición en las elecciones legislativas de diciembre de 2015. Sus argumentos centrales son el carácter anticonstitucional de la composición de la Asamblea Nacional Constituyente (no así su convocatoria), el vaciado de funciones de la Asamblea Nacional, la renovación irregular del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo Electoral Nacional y, finalmente, el no reconocimiento de las elecciones presidenciales de mayo de 2018, por las limitaciones impuestas a la participación de la oposición.
Las acusaciones de violación de la Constitución Bolivariana de 1999 por parte de la oposición también son reales y se concentran en las irregularidades denunciadas en la elección de tres diputados de la Amazonía, sin los cuales la Asamblea Nacional carece de los dos tercios necesarios para renovar otros órganos de poder.
En este pulso por la legalidad constitucional bolivariana, lo cierto es que tanto el gobierno Maduro como los sectores de la oposición que conformaron en su día el Frente Opositor 16 de Julio (reclamando la legitimidad del referéndum opositor) han violado el texto en el que quieren arroparse. Del pulso legal se ha pasado a una dualidad de poder legislativo y de este a un escenario de golpe de estado impulsado por la Administración Trump, que puede concluir en una confrontación que acabe con lo que queda de una república exhausta por la crisis social, un extractivismo económico en bancarrota, la corrupción y unas sanciones cuyo propósito es hambrear a la población para obligarla a rebelarse y aceptar la “liberación” del imperialismo.
Efectivamente, como ha señalado el presidente del gobierno español Pedro Sánchez, Maduro no es la izquierda, aunque viniendo de él, y visto lo visto, sea un sarcasmo. Desde hace más de tres años, Sin Permiso ha publicado cerca de 200 textos de autores y autoras venezolanos y latinoamericanos de izquierda (que se pueden consultar en nuestros archivos), analizando las políticas sociales y económicas del gobierno Maduro y anteriormente de Chávez. Lejos del “golpe de timón” exigido por el entonces agonizante Hugo Chávez, la República Bolivariana representa hoy los intereses de la llamada “boliburguesía”, que no ha dudado en hipotecar el patrimonio de la nación para sobrevivir a costa de créditos rusos y chinos. La crisis económica venezolana no es de hace cuatro días. En marzo de 2013, Sin Permiso publicaba un artículo en donde podía leerse que Venezuela tenía entonces “una situación económica extremadamente preocupante y una situación social sensiblemente mejorada”. Seis años después, la situación social también es “extremadamente preocupante”. Y no todo es responsabilidad del imperialismo.
Pero Guaidó, lejos de representar al pueblo venezolano, es un peón del proyecto de golpe de estado preparado en Washington por los Bolton y los Abrams, fantasmas de los cambios imperialistas de régimen de las últimas tres décadas, ahora convocados por la administración Trump. El saqueo del monopolio estatal del petróleo venezolano es el botín al que aspiran, aunque sea a costa de incendiar a toda la región. Saben perfectamente que la cuestión clave es la actitud de las fuerzas armadas bolivarianas, un elemento central del propio régimen, cuya capacidad operativa impide por el momento una intervención militar imperialista.
Así que el pulso, como estamos viendo estos días, se juega en la calle, a golpe de manifestaciones masivas convocadas por el gobierno y la oposición golpista, acentuando la crisis económica y social y la huida emigratoria, mientras se cierra el cerco diplomático y se refuerzan las sanciones, en una escalada de la tensión. Cualquier pretensión de legalidad constitucional de la oposición golpista es mera comedia. El art. 233 busca ante todo conferir legalidad al poder de facto republicano ante el secuestro o asesinato del presidente y para ello exige al presidente de la Asamblea Nacional, asumido el poder, convocar elecciones en treinta días. ¿Dónde quedará el discurso de la legalidad constitucional de Guaidó el próximo 23 de febrero cuando no sea así?
Pero como bien ha explicado él mismo, no se trata de eso, sino de derrocar primero a Maduro, gobernar transitoriamente y solo después convocar elecciones. Fuera de la Constitución Bolivariana de 1999. Por su parte, el gobierno Maduro ofrece convocar elecciones legislativas, pero no presidenciales, apoyándose en sus triunfos electorales municipales y regionales de 2017 y en una abstención que afecta más a quienes se pueden permitir emigrar del país que a los que no tienen más remedio que quedarse.
En este escenario, la defensa de la Revolución nacional democrática bolivariana —a la que tan mal servicio ha prestado el gobierno Maduro— pasa por la reafirmación del marco constitucional de 1999, que recoge sus conquistas sociales y garantiza la propiedad estatal de su patrimonio petrolero y minero. El objetivo del golpe de estado imperialista, ahora como antes, es acabar con ella. La primera tarea frente al imperialismo es defenderla.
Pero igualmente imprescindible es llevar a cabo el “golpe de timón” que pidió Hugo Chávez y que el gobierno Maduro no solo ha sido incapaz de dar, sino que es un obstáculo para el mismo. Reconstruir la legitimidad popular de la Revolución Bolivariana exige un cambio de orientación que arrincone los intereses de la “boliburguesía”. Para ello es indispensable la defensa sin concesiones de los intereses populares y la resistencia al intento de golpe de estado. Ambos objetivos no solo no son contradictorios, sino complementarios. Lo que significa no callarse ante las actuaciones que el régimen de Maduro hace mal entorpeciendo precisamente la defensa de lo que queda de la revolución. Mal le pese a una izquierda determinada para la cual cualquier crítica a este régimen es “traición” y “apoyo al imperialismo y a la reacción”. Una izquierda cuyo lema bien podría ser, como dejamos apuntado en un editorial firmado con Antoni Domènech hace cuatro años: "No molesten al conductor".
La actual situación de dualidad de poder, de pulso político en la calle, no durará mucho. Solo la amenaza de la desestabilización regional, con el desbordamiento de la crisis económica y social venezolana a los países vecinos, podría abrir espacio a un proceso de mediación —como el propuesto por México y Uruguay— para que Naciones Unidas garantizase la celebración a corto plazo de elecciones legislativas y presidenciales que permitiesen la reconstrucción de la legitimidad republicana de la Constitución de 1999.
Pero la mayoría de los gobiernos neoliberales de América Latina y la Unión Europea se han alineado con el golpe de estado diseñado por la Administración Trump. Maduro no será de izquierdas, pero parece difícil justificar que plegarse a sus presiones, como lo ha hecho Pedro Sánchez de la humillante manera revelada por El País, lo sea. O que la participación de Voluntad Popular —la organización de derecha extrema a la que pertenecen Leopoldo López y Juan Guaidó—  en las reuniones de la Internacional Socialista, convertida en una caricatura de si misma, la transformen de pronto en una organización progresista. Oponerse al apoyo al golpe de estado imperialista es también una tarea defensiva contra el giro reaccionario de los populismos de derechas, se llamen Trump, Bolsonaro, Orbán, Casado o Rivera.

Sunday, February 10, 2019

En defensa de los mendigos

En defensa de los mendigos | Periodistas en Español



Juan de Dios Ramírez-Heredia[1]

Me imagino cuál puede ser la primera reacción de alguno de los amables lectores que con tan buena consideración leen mis comentarios.
―Está usted equivocado, Juan de Dios. En España no hay personas cuya falta de recursos nos les deje otra salida que la de salir a las calles a pedir. Los que mendigan en nuestras ciudades lo hacen porque pertenecen a mafias, la mayoría de ellas extranjeras, que los traen a España y les obligan a mendigar. En España solo mendigan los vagos, porque aquí hay trabajo para todo el mundo. ¿por qué, si no, abundan los extranjeros en las labores del campo almeriense donde se producen los mejores productos agrarios hortofrutícolas; o las mujeres temporeras marroquíes que en Huelva cuidan y recolectan las mejores fresas que se producen en el continente? ¿No ve usted que los obreros de la construcción son en un altísimo porcentaje extranjeros?…
Y así podríamos continuar desgranando un rosario de recriminaciones cuya réplica ocuparía un espacio muchísimo mayor del que ofrece un sencillo comentario periodístico como éste. No obstante quisiera romper una lanza en la justificación de quienes, por las razones que sea, se ven abocados a extender su mano pidiéndonos unas monedas.
Cáritas ES comedor social
Cáritas ES comedor social

¡Claro que los pobres existen!

Son una realidad y con ellos convivimos todos los días. Negar su existencia sería caer en el absurdo. Incluso los creyentes deben darle otra dimensión a esa realidad si se tiene en cuenta la afirmación de Jesucristo recogida por los evangelistas Mateo, Lucas y Juan: “A los pobres siempre los tendrán con ustedes”.
Pero, sin necesidad de recurrir a la fe, los avances de la moderna sociología nos ofrecen datos concluyentes que pueden sorprender. A mí mismo, que convivo y conozco muy bien un segmento de la sociedad donde la pobreza, la marginación y el racismo son más sangrantes, me sorprende leer que en España diez millones doscientas mil personas tienen una renta que les sitúan por debajo del umbral de la pobreza, lo que nos coloca en el tercer país europeo en desigualdad, por detrás de Rumanía y Bulgaria y empatado con Lituania. Cuesta trabajo de creer, ¿verdad? Pues son datos publicados por Oxfam Intermón a finales del mes pasado.
Me une una entrañable amistad con Carlos Susías, quien es el presidente de EAPN España, organización que celebró hace unos meses el quince aniversario de su fundación, y sé muy bien hasta qué punto están comprometidos con que la voz de las personas más empobrecidas llegue a toda la sociedad. Acaban de publicar “El Estado de la Pobreza. España 2017. VII Informe anual sobre el riesgo de pobreza y exclusión” lo que los lleva a afirmar que el Informe ofrece unas cifras tristes y demoledoras: “Si alguna vez tuvimos la ilusión de ser una sociedad de ‘clase media’, donde la mayoría vivía con cierta holgura, podemos olvidarnos porque la radiografía que arroja el informe está muy alejada de ello. Sólo en España 12,9 millones personas (27,9 % de la población) se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social”.

Pobre de solemnidad

Pasaporte de pobre de solemnidad en A Coruña
Pasaporte de pobre de solemnidad en A Coruña
Seguro que usted, si no es provocadoramente joven, ha oído alguna vez esa definición. Ser “pobre de solemnidad” era una triste categoría que se popularizó a mediados del siglo XIX para distinguir a quienes por ser tan extraordinariamente pobres eran acreedores de los beneficios procesales de la pobreza. Fue en su origen un término de Derecho que aparece por primera vez en el Catastro del Marqués de la Ensenada ―terrible gobernante perseguidor de los gitanos a quienes quiso exterminar durante su mandato a las órdenes de Fernando VI― que se elaboró en 1756. Ser “pobre de solemnidad” era un título otorgado por las autoridades, lo que te acreditaba como ser más pobre que un simple pobre.
Yo recuerdo que el título de “pobre de solemnidad” lo tenía mi pobre madre en su etapa de viuda en forma de “Carné de Beneficencia”. Con ese carné podíamos conseguir algunos alimentos y medicinas gratis, así como ser visitados por don Francisco, el médico municipal de Puerto Real.

Cómo se accede a la categoría de ser más que pobre, pobrísimo

El Instituto Nacional de Estadística es el que más sabe de estas cosas. Es ahí donde el concepto de riesgo de pobreza o exclusión social se elabora mediante la incorporación de unos indicadores ―que no expongo por no dar la lata con conceptos enrevesados― para definir al grupo de personas (ERPE) que están en riesgo de pobreza o exclusión social. Pues bien, el indicador ERPE dice que aproximadamente el 6,4 % de la población española, ―más de 2,9 millones de personas―, viven en pobreza severa (hogares cuyo total de ingresos por unidad de consumo es inferior a 342 euros al mes). Y el 2,1 % de nuestros conciudadanos (1 025 736 personas) sufre los tres factores del indicador ERPE: miseria absoluta, pues estos no llegan a los 342 euros al mes, por lo que malviven en la peor situación económica y social posible.

La evolución de la mendicidad en España

Quienes nacimos unos años después de la Guerra Civil española, en aquellos años de plomo, venganzas y lágrimas amargas provocadas por los ajustes de cuentas de los vencedores, padecimos los años durísimos de escasez por la que atraviesan todos los países tras una guerra fratricida en la que desaparecen no solo las personas sino también los bienes y las fábricas que los producen. Mi infancia, como la de tantos otros jóvenes, estuvo marcada por la pobreza extrema, lo que no me impide reconocer que haber ejercido la mendicidad, llamando a las puertas de familias conocidas o de la sacristía de la parroquia, era la única salida que nos quedaba para no morir de hambre. Fueron los años de las Cartillas de Racionamiento.
El 14 de mayo de 1939, inmediatamente después de haber ganado Franco la Guerra, se instituyó en toda España la Cartilla de Racionamiento familiar, que regulaba la entrega limitada de los productos alimenticios y otros bienes de primera necesidad. Ese documento, del que yo conservo un lejano recuerdo, duró hasta principios de los años cincuenta. Fue entonces cuando los americanos nos ayudaron trayéndonos el Plan Marshall cargado de leche en polvo, queso americano amarillo y mantequilla.
Lo cierto es que durante una etapa del franquismo ya consolidado, la presencia de mendigos en nuestras calles no era en absoluto alarmante y ni siquiera numerosa. Los extranjeros que visitaban España eran turistas que venían con dinero en busca de nuestro sol, nuestras playas y nuestro flamenco. Sin embargo, en las postrimerías de la dictadura, cuando España se había abierto de forma plena al exterior, la economía española sufrió las consecuencias de las crisis internacionales de 1971, 1973 y 1979 a causa de la caída del “patrón oro” en los EE. UU., la crisis del petróleo y la revolución iraní. Esto hizo que una ola de mendigos, nacionales y extranjeros, circularan por casi todo el territorio nacional.

Los gitanos pedigüeños

Durante los años en que fui representante del Gobierno español en el Observatorio contra el Racismo en Bruselas, una amiga mía, miembro de la Cámara de los Lores del Reino Unido, se complacía en decirme que yo tenía la suerte de pertenecer a una “minoría visible”. Algún día explicaré por qué me lo decía.
Esa visibilidad traía como consecuencia que, a quienes se veía pedir por las calles de Madrid, era casi exclusivamente a los gitanos. Y no era verdad. Un día, Cruz Roja Española hizo un estudio sobre la identidad de los mendigos madrileños y resultó que gitanos eran solo el 17 por ciento. El 83 % restante eran personas no gitanas (gadchés), pero, sin embargos solo se nos veía a nosotros. No sé en qué proporción hoy son miembros de nuestra comunidad los que practican la mendicidad en España. Supongo que más que en ninguna otra época, aunque quienes integran mayoritariamente esos grupos son gitanos centroeuropeos. Ellos son, sin ningún género de dudas, una minoría visible.

Me ocurrió el otro día en el metro de Barcelona

Lo cuento porque yo fui el primer sorprendido. A nadie se le oculta saber el momento tan duro que estamos viviendo en Cataluña. Todos, los nacionalistas y los que no lo somos. El concepto identitario de las personas se ha convertido en un problema. Por eso me sorprendió oír a alguien, en un vagón abarrotado de personas, decir a voz en grito:
―Buenas tardes, señores. Vengo a pedirles una ayuda para comprar comida. Esta noche no tenemos ni siquiera un pedazo de pan para cenar.
Guardó unos segundos de silencio, como para tomar aliento, y en un tono más alto que se hacía audible en todo el vagón, dijo:
―Señores, soy gitano, de Cádiz, y he venido a Barcelona a ganarme la vida. Tengo una hija pequeña. Ayúdenme, por favor.
Imaginen mi estupor. Nunca había oído decir a nadie, como título para lograr unas monedas, que se es gitano o gitana. Al contrario. Esa es una condición que más bien conviene ocultar. Hice un esfuerzo por verle, temiendo que se bajara en la siguiente estación. Pero no. Él continuó avanzando hasta llegar a mi altura donde volvió a lanzar su proclama: “¡Señores, soy gitano de Cádiz…”
Lo saludé. Le di un poco de dinero y una tarjeta con mi nombre y un número de teléfono. Le dije que me llamara, cosa que no ha hecho.
Luego me quedé pensando: “¿Y si este hombre realmente no es gitano? Desde luego su fisonomía y sus rasgos no eran los propios de una “minoría visible”. Con lo cual, inmerso en un mar de confusiones, llegué a mi casa sin poder evitar un pensamiento inquietante:
“¡Lo que nos faltaba…!”
  1. Juan de Dios Ramírez-Heredia es abogado y periodista. Presidente de Unión Romaní

A loita continua contra o despropósisto Gasista de Reganosa - Acto en Lembraza de Victoria e Carmelo e de todas as compañeiras e compañeiros que nos deixaron no transcurso da loita

A loita continua contra o despropósisto Gasista de Reganosa - Acto en Lembraza de Victoria e Carmelo e de todas as compañeiras e compañeiros que nos deixaron no transcurso da loita - Vídeo - Ártabra 21



A loita continua contra o despropósisto Gasista de Reganosa - Acto en Lembraza de Victoria e Carmelo e de todas as compañeiras e compañeiros que nos deixaron no transcurso da loita - Vídeo


A loita continua contra o despropósito gasista de Reganosa, no acto en Lembraza de Victoria e Carmelo e de todas as compañeiras e compañeiros que nos deixaron no transcurso da loita.

No XI Aniversario do falecemento de Carmelo Teixeiro Menéndez, primeiro Coordinador deste Comité Cidadán de Emerxencia para a Ría de Ferrol (Febreiro de 2008), e o VI da súa compañeira Victoria Fernández Paredes (Novembro de 2013).


https://youtu.be/BIQGgNKBsLg

INMEMORIAM

Ademais de Victoria e Carmelo, lembramos a: José Gabeiras - presidente de honra do Comité Cidadán in aeternum (Xaneiro de 2005), Xaime Quessada autor do mural contra a imposición de Reganosa, mural que agora se expón no Auditorio de Ferrol (Decembro de 2007), Santiago Torrente 'Tito' (Marzo de 2009), Tino Deibe autor do logotipo do Comité (Maio de 2010), José Luís Estévez Barros 'Seli' (Decembro de 2011), Regino Varela (Xullo de 2014), Ramón Capotillo (Febreiro de 2015), Luís Matalobos (Outubro de 2015), Julio Videira (Xuño de 2016), Joaquín Cupeiro (Decembro de 2016), Julio Pico(Xuño de 2017), Bernardo Bastida, (Xaneiro de 2018), Mel Sanxoán (Abril de 2018) e Helena Sánchez (Novembro de 2018).

Comité Cidadán de Emerxencia para a Ría de Ferrol
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