Wednesday, October 24, 2018

España, blanquitud y la cultura negra sin lxs negrxs

España, blanquitud y la cultura negra sin lxs negrxs – Afroféminas



Nací y vivo en las Islas Canarias, un archipiélago de siete islas. Soy afrodescendiente y vivo el racismo diario de la blanquitud española, esta vez, en la invisibilización constante que los medios de producción audiovisuales ejercen sobre las personas racializadas y en concreto con las negras.
Ahora mismo está en emisión la segunda edición de Operación triunfo desde que Televisión Española decidía volver a emitirlo. Las redes arden por el salseo candente entre dos concursantas de esta edición; en la edición pasada Amaia y sus reivindicaciones feministas, y la presencia de una concursante bisexual y el beso con su pareja trans causaban revolución: “Operación Triunfo rompe tabúes” podemos leer con una simple búsqueda en Google. Todo esto lo sé incluso sin haber visto la edición anterior y, decididamente, no ver esta.
Estando con mi compañera, vemos un trozo de los avances de la semana: ahí estaban todos y todas (blancxs) y una persona negra (Famous, de Sevilla). Nuevamente la diversidad racial escasea, nada nuevo. A estas alturas la revoltura de sentimientos que en mi emergían encontraban su clímax al clicar en el siguiente vídeo: dos de las concursantes, blancas, cantan “Respect” de Aretha Franklin. Sobre el escenario: ellas; al fondo en una pantalla: una imagen de Aretha Franklin sonriendo; en el coro: cinco mujeres blancas. Y ahí estaba yo, viendo a 7 mujeres blancas cantando un supuesto homenaje a Aretha pero la negritud no aparecía. Y leo en redes “grandísimo homenaje”, “vozarrones”, incluso un comentario que decía que ya no era capaz de distinguir la versión original de esta. ¿De verdad a nadie, a nadie, se le ocurrió pensar que podría haber, al menos, un coro negro? ¿De verdad la gente blanca cree que puede conscientemente invisibilizarnos y además apropiarse de nuestra cultura?
Cultura negra sin negrxs. Y no es la primera vez. Alerta spoiler: Orange is the new black. Y me sentí como Janae Watson, en la quinta temporada, cuando, recordando su adolescencia, visitan un colegio blanco rico, y tres chicas blancas estaban ensayando ”And I am telling you” de Dreamgirls; el profesor del colegio le dice a una de ellas: “saca a la Aretha que llevas dentro” y Watson rompe a llorar y días después le dice a su profesora: “tienen tanta cultura que hasta nos roban la nuestra”. Es importante señalar que en este episodio las reclusas negras decidían si utilizar a la reclusa Judy King (una chef famosa, rica y blanca) como portavoz de sus reclamaciones, porque serían más escuchadas. Finalmente las reclamaciones salen de la boca de Taystee en un speech que te animo a buscar.
Habrá quien diga “pues si no te gusta no lo veas” y eso es lo que voy a hacer, pero me sigue afectando. Me sigue afectando que se siga perpetuando la imagen irreal de una España blanca; me sigue afectando porque los programas de televisión, series y películas españolas representan a población negra en contadas ocasiones (y muchas veces en papeles de prostitutas, limpiadoras, delincuentes o clichés racistas de “africanxs” exotizados sexualmente, además); me sigue afectando porque los medios audiovisuales tienen un gran potencial en el modelamiento de la realidad y creación del imaginario, un imaginario en el que salimos perdiendo y que además configura las posibilidades reales de desarrollo y bienestar de las personas negras en este país. Llo que tú piensas que soy o no soy, me afecta, nos afecta.
Habrá también quien crea que por ser un programa de televisión no tiene por qué rendir cuentas. Si fuera la iniciativa de una entidad privada, tampoco estaría justificado, pero para nuestra desgracia se emite en la televisión pública de este país que se supone que debe ser plural y representativa.
Y por supuesto habrá gente que dirá que esto es una exageración, que la cultura no es de nadie, que hay problemas más importantes… los comentarios de una blanquitud que no quiere revisarse y que prefiere vivir en el privilegio de hacer y deshacer a su antojo.
La representación importa y el tipo de representación también.
Esto no es nada nuevo que no hayan denunciado y señalado antes diferentes afrofeministas, activistas antirracistas o iniciativas como The Black View en nuestro país, y a pesar de que esta falta de representatividad no me es nueva, duele.
Me curaré el amargor de habitar un territorio para quienes no existimos y que se apropia de nuestros cuerpos, músicas y artes escuchando a Sara Tavares, a Sona Jobarteh, a Yemi Alade y a Buika mientras me digo:
Cultura negra sin gente negra nunca más.
Lo afro estará en mi centro,
que es nuestro,
en nuestro centro,
que es mío,
Hoy y siempre.



Melinda DeckerMelinda Decker
Afrodescendiente en el Archipiélago Canario. En continuo abrazo con la animalidad y a la negritud.

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