Los indignados más furibundos | Política | EL PAÍS
El 25 de septiembre de 2012 llamaron a los ciudadanos a Rodear el Congreso. El 25 de abril de 2013, les convocaron para Asediar el Congreso. Y, ayer, para conmemorar el aniversario de aquella primera manifestación, les pidieron salir a exigir la abolición de la Monarquía con un Jaque al Rey'
La Coordinadora 25-S, convocante del acto, ha ido escalando en la radicalidad de sus lemas y acciones al mismo tiempo que ha visto disminuir su capacidad de generar adhesiones entre los movimientos sociales de protesta y, también, su poder de convocatoria en la calle. Forjados en la lucha obrera y en la cultura del 15-M son, quizá, los más furiosos entre los indignados.
La Coordinadora 25-S se niega a nombrar portavoces y rechaza el personalismo hasta el extremo de no facilitar los nombres de quienes ejercen como tales. Aun así, la docena de personas que presentaron el pasado miércoles ante el Congreso la convocatoria Jaque al Rey parecían dirigirse a Doris Benegas, una abogada de 61 años, dirigente de la formación Izquierda Castellana, como a la líder moral del grupo. Benegas, hermana del socialista Txiqui Benegas, es una activista curtida en la lucha sindical en las huelgas de la factoría Fasa-Renault de Valladolid en los años 80.
Hace un año, la concentración Rodea el Congreso fue un éxito relativo.Miles de personas acudieron a la llamada de la Plataforma En Pie y la Coordinadora 25-S, constituida a tal efecto, y se concentraron ante Las Cortes para denunciar el “secuestro de la democracia por parte de los poderes financieros”, y pedir “la dimisión del Gobierno y la apertura de un proceso constituyente de participación directa”. El acto, sometido a una fortísima vigilancia por parte de la Delegación del Gobierno, que llegó a calificarlo de “golpe de Estado”, acabó con cargas policiales, la detención de 34 personas y la imputación de ocho de sus convocantes, “por delitos contra las instituciones del Estado”, finalmente liberadas y desestimadas por el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz. Benegas fue una de las imputadas.Dulce en las formas, Benegas es contundente. “El monarca está fuera de peligro, y ha sido operado sin listas de espera, donde ha querido y por quien ha querido, no como el resto de españoles afectados por los recortes. En este último año, la Casa del Rey ha protagonizado buena parte de los escándalos de corrupción que han sacudido el país. No es irreal pedir la abolición de la Monarquía. Si en el pasado se consiguió echar dos veces a los Borbones, esta puede ser la definitiva”, recalca. La letrada, que ejerce de abogada de la Plataforma Antidesahucios en Valladolid, es una de las activistas más vigiladas por Interior.
Ya entonces, los dos colectivos organizadores mantuvieron diferencias sobre la intensidad y la contundencia de sus iniciativas. Esas divergencias se hicieron más patentes en su siguiente convocatoria, el 25 de abril de este año, cuyo eslogan, Asedia el Congreso, escalaba un peldaño en el sesgo combativo del acto. Mientras la Coordinadora 25-S animaba a la desobediencia civil huyendo de todo tipo de violencia, la Plataforma En Pie defendía métodos más expeditivos, como sabotajes. Al final, la asistencia fue tan escasa que la Plataforma en Pie se disolvió un mes después. “Repetir una estrategia que no aporta ningún resultado conduce al cansancio colectivo y aumenta la sensación de impotencia”, rezaba su último comunicado.
Las disensiones sobre métodos, estrategias y objetivos son constantes en la cultura del 15-M, de la que proceden algunos, aunque no todos de quienes integran y apoyan el 25-S.Algunos como Daniel García, veterinario de 46 años, integrante de la Asamblea de Moncloa, y uno de los imputados por organizar el acto del año pasado, no se implicaron en la manifestación de ayer porque considera “inoportuno y desvirtualizador celebrar con ese lema el aniversario de aquella acción”. Muchos discrepan no tanto en el fondo, como en la forma y el estilo de las acciones de la Coordinadora 25-S. En la batalla dialéctica por controlar el colectivo, sostienen, han ganado los más radicales.
El 25-A y su Jaque al Rey sería, según Víctor Sampedro, catedrático de Opinión Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, la punta de lanza: “El gran logro del movimiento ha sido instaurar el debate, la crítica y el cuestionamiento del sistema. El 15-M goza de un apoyo social inaudito: siete de cada diez españoles simpatizan con él, dos años y medio después”.