Saturday, November 26, 2011

SOBRE LA BAADER-MEINHOF

 cine












J. C.

EL PAÍS  -  Cine - 25-11-2011
Es una perogrullada decirlo: nuestro país no es el único con esqueletos en el armario de su historia reciente. No obstante, y con la salvedad de ejemplos aislados como Pa negre (2010), nuestra cinematografía parece seguir resistiéndose a desestimar maniqueísmos y afrontar los claroscuros del asunto. Existen muy buenos modelos ahí afuera en los que fijarse: en Peppermint Candy (1999), el coreano Lee Chang-dong jugaba con el orden cronológico de su relato para propiciar una mirada compasiva hacia su protagonista... antes de revelar que uno de sus trabajos fue el de torturador bajo la dictadura. Si no nosotros, ¿quién?, primer largometraje de ficción del director de documentales Andres Veiel, ofrece otra lección magistral sobre el asunto. La película no es perfecta, pero su ambición es remarcable: ni más ni menos que establecer una línea (genealógica) de continuidad entre el nazismo (el pecado de los padres) y la deriva de ese activismo de los setenta que llevó a la lucha armada de la banda Baader-Meinhof (el pecado de los hijos).
La película de Veiel cuenta todo ese proceso en clave de historia de amor trágico: la relación entre el escritor y editor Bernward Vesper, hijo de Will Vesper -intelectual afecto al nazismo que leyó el discurso principal en la quema de libros en Dresde en 1933-, y Gudrun Ensslin, que acabaría convirtiéndose en uno de los puntales de la Fracción del Ejército Rojo a través de su liason casi auto-destructiva con el terrorista Andreas Baader. Si no nosotros, ¿quién? se convierte, así, en una pieza esencial del mosaico, irregular y fascinante, que, en los últimos años, han ido construyendo películas como R.A.F. Fracción del Ejército Rojo (2008), de Uli Edel; Munich (2005), de Steven Spielberg, Carlos (2010), de Olivier Assayas y El abogado del terror (2007), de Barbet Schroeder: unas memorias del subsuelo del siglo XX, que Veiel revisa desde el sorprendente, inesperado, pero iluminador punto de vista de la intimidad de sus personajes.
El resultado, así, está lejos de la superficialidad del digest, sensacionalista y caso pop, que proponía la película de Edel: la estrategia permite ahondar en la naturaleza contradictoria de unos personajes obligados a lidiar con un afecto de sangre entreverado de repugnancia por la historia, y a experimentar, en sus propias carnes, el dilema de articular su conflicto con el presente a través de la acción intelectual o la acción directa. El precio a pagar, en todos los casos, es desmesurado: acabar haciendo jirones la propia vida.
Puntuando el relato con material de archivo poco visto y una (¿inevitable?) selección musical, Veiel traslada su rigor de documentalista a una construcción dramática sólida, que tiene excelentes aliados en sus actores principales -August Diehl y Lena Lauzemis- y propone golpes de efecto tan inusuales como el de la escena donde el protagonista descubre que le debe la existencia al mismísimo Führer y sus políticas de natalidad.



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Andres Veiel: "El terrorismo alemán no se explica sin una historia fascista previa"

El director alemán se estrena en el largometraje con 'Si no nosotros, ¿quien?'

ROCÍO GARCÍA  -  Madrid

ELPAIS.com  -  Cultura - 25-11-2011
"Somos el resultado de nuestro pasado. El daño que hizo el fascismo está grabado en el cuerpo de nuestros padres y abuelos. El terrorismo alemán no se explica sin una historia fascista previa". Si hay de algo no se le puede acusar a Andres Veiel es de ser poco claro y directo. El realizador alemán se ha estrenado con el largometraje de ficción, después de una larga y exitosa carrera en el documental, con Si no nosotros, ¿quien?, un filme basado en hechos reales sobre la relación entre el escritor y editor Bernward Vesper, hijo de un intelectual nazi, y Gudrun Ensslin, una joven que terminó siendo una de las líderes de la Fracción del Ejército Rojo. Su presencia en el último Festival de Cine Europeo de Sevilla fue todo un éxito. Si no nosotros, ¿quién?, que se estrena hoy viernes en España, obtuvo el Giraldillo de Plata a la mejor película, además del premio al mejor actor para August Diehl.
Aunque en principio pensó en hacer un documental, se decantó finalmente por una película de ficción porque, dice, a veces la memoria está reconstruida. Sin embargo, Si no nosotros, ¿quien? se basa en un largo proceso de documentación. Veiel habló con más de 40 testigos de la época y estudió mucho material de archivo. "Cada día es más difícil hacer documentales. Casi ningún testigo estaba dispuesto a hablar delante de una cámara. Es un tema que sigue polarizando a la sociedad alemana. Hacer un documental habría significado perder muchos elementos de la película. Y la ficción también me daba la oportunidad de enseñar un lado más íntimo de las biografías de los personajes. Quería aclarar la relación entre la radicalización política y el origen de los personajes, sus familias. No se puede describir el motor de un levantamiento político sin el carburante de las relaciones más íntimas", asegura el realizador, que no se muestra nada optimista sobre el momento político que vive el mundo. "Está a punto de ocurrir el entierro de la democracia", añade Veiel, quien, sin embargo, alaba el movimiento del 15-M nacido en España.
Sobre la crisis política que vive Europa, Veiel denuncia que desde hace más de dos décadas que las decisiones políticas dependen de las necesidades y urgencias de los mercados financieros. "Las razones de la crisis europea no son difíciles de ver. El primer resultado es una crisis de la democracia. Nadie puede prever las consecuencias reales de las medidas que se están tomando. Incluso los miembros de los Parlamentos actúan coaccionados por complejas razones prácticas. Aprueban leyes sin saber qué significan ahora y que significarán en el futuro. Si los miembros del Parlamento no saben qué hacen, es el final del control gubernamental. Cada vez dependemos más del control de una reducida élite de tecnócratas. Nadie quiere responsabilizarse de esta crisis, nadie quiere dar la cara. El 99% de la democracia se ha convertido en una farsa democrática", explica seguro de sí mismo el director.
Si no nosotros, ¿quien? indaga en la memoria del pueblo alemán. "Todavía existen los traumas producidos por la guerra. La experiencia de la violencia ha sido transferida a la generación siguiente. Para entender mejor este proceso, es necesario escarbar entre las capas escondidas de las biografías individuales de aquellos años. Solo así podremos empezar a entender algo más acerca de su presencia".



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