Comunidad LGBTiQ afianza derechos en Cuba
El Mes de la Historia Lgbtiq, efectuado por primera vez en Cuba, sobresale entre varias iniciativas ciudadanas para la sensibilización social, reforzar derechos y superar deudas relacionadas con la inclusión de personas lesbianas, gay, bisexuales, transgénero, intersexuales y queer, informa Luis Brizuela (IPS) desde La Habana.
Mediante paneles con expertos, talleres, charlas, presentación de audiovisuales, conmemoración de fechas y figuras históricas, podcasts y entrevistas «buscamos lograr una mayor visibilidad de la comunidad Lgbtiq y la educación sobre estos temas», explicó a IPS el historiador Raúl Pérez.
Además, «queremos rescatar la historia de las personas con sexualidades no heteronormativas y crear espacios para impulsar investigaciones», amplió el profesor asistente de la Universidad de La Habana (UH) e integrante del equipo coordinador de la iniciativa.
Pérez ha impartido este mes, junto con otros profesionales, el posgrado Género, Sexualidad e Historia en Cuba, en la Facultad de Filosofía e Historia de la UH, a veinticinco estudiantes en modalidad presencial y doce en forma digital, quienes profundizan en la evolución y retos para conformar una historia de la sexualidad desde este país caribeño y el Sur en desarrollo.
El posgrado revaloriza personalidades cubanas como Carlota, mujer, negra, lesbiana y lideresa en 1843 de una sublevación de esclavos.
Asimismo, recuerda a la médica suiza Enriqueta Favez (1791-1856), primera mujer que ejerció la medicina en Cuba y América con una identidad masculina, debido a los prejuicios de la época, y que contrajo matrimonio con otra mujer; al igual que al pintor, diseñador, fotógrafo, muralista y artista gráfico Raúl Martínez (1927-1995).
«Este tipo de posgrados son cada vez más necesarios y abren espacios dentro de la academia en Cuba, donde estos temas, en muchos caso, siguen siendo tabúes», apuntó Pérez.
Mes para la diversidad
El Mes de la Historia Lgbtiq surgió en 1994 en Estados Unidos, por iniciativa del profesor Rodney Wilson, quien propuso enseñar a sus estudiantes sobre las personas homosexuales y los movimientos de derechos civiles.
Pérez es fundador del Comité Internacional del Mes de la Historia Lgbtiq, surgido en enero con el objetivo de impulsar la celebración a nivel global, potenciar la relación entre las iniciativas nacionales y colaborar entre sus veintitrés representantes, casi todos del Norte industrializado.
Destacó que con Italia y Cuba incorporadas este año suman once las naciones que desarrollan la experiencia en algún mes del año.
Este país de 11,2 millones de habitantes es el primero de habla hispana, y de América Latina y el Caribe donde se celebra, subrayó el historiador, quien añadió que la primera edición transcurre del 1 al 31 de mayo en La Habana y Santa Clara, 270 kilómetros al este de la capital.
Activistas recomiendan para la segunda edición, prevista en mayo de 2023, tener en cuenta alguna más de las quince provincias cubanas, porque además de contar con proyectos, espacios, activistas y profesionales para impulsarla, resulta un espacio necesario para argumentar y arrojar luz sobre temas polémicos.
El Mes de la Historia Lgbtiq coincidió con la edición quince de la Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia -del 4 al 21 de mayo-, que desde 2008 organiza el estatal Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) y sus redes de activismo en el país.
La explosión el día 6 en el hotel Saratoga de La Habana, atribuido a un escape de gas licuado, con un saldo de 46 personas fallecidas y decenas de lesionados, llevó al Comité organizador de las Jornadas a postergar algunas iniciativas, suspender las de carácter festivo y desarrollar solo acciones de diálogo científico y activismo social.
Aunque apoyaron la modificación del calendario, activistas recomendaron a través de redes sociales que dado su peso visual, en vez de suspender la tradicional Conga contra la homofobia se pospusiera para meses posteriores, como pudiera ser junio, cuando varios países celebran el Mes del Orgullo Lgbtiq, sin que hasta el momento haya un pronunciamiento al respecto.
Dirigentes de diferentes colectivos Lgbtiq consultados por IPS reconocen que dichas jornadas contribuyen, en una nación de arraigada cultura machista y homófoba, a sensibilizar poco a poco a la ciudadanía en el respeto a la diversidad sexual y la igualdad de género.
Ello tras periodos marcados por el rechazo social, el establecimiento de «parámetros» que limitaban el empleo en la educación y la cultura de personas con sexualidades no heteronormativas y de un capítulo oscuro de la historia nacional como las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (Umap).
A dichos campos de trabajo fueron enviados de 1965 a 1968 unos veinticinco mil hombres, una parte significativa de ellos homosexuales y creyentes, considerados por las autoridades de entonces «desviados» o «lacras sociales». Las Umap fueron disueltas por decisión del propio gobierno en junio de 1968.
Activismo y educación con enfoque de género
En la última década leyes y políticas públicas como el Programa para el Adelanto de la Mujer, vigente desde marzo de 2021, promueven la equidad, la eliminación de la violencia basada en el género y la no discriminación por orientación sexual e identidad de género, principios que ampara la Constitución vigente desde 2019.
Asimismo, la agenda proderechos ha recibido un impulso significativo gracias a proyectos de la sociedad civil, activistas, plataformas digitales y medios de comunicación no reconocidos oficialmente que muestran las realidades de la comunidad Lgbtiq, y abogan por aumentar sus protecciones jurídicas, inclusión y empoderamiento.
Muchas de estas entidades civiles se articulan contra otras líneas de exclusión basadas en el género, el color de la piel o el territorio, y en fechas más recientes alertan sobre el avance de posiciones antiderechos por algunas denominaciones religiosas y personas con posturas conservadoras y fundamentalistas.
«Sería ideal incorporar estas temáticas en los planes curriculares de diversas carreras, principalmente en las de corte social y humanístico, dada la necesidad de sensibilizar y educar con un enfoque de sexualidad y género para las futuras labores profesionales», señaló el sexólogo Juan Carlos Gutiérrez en diálogo con IPS desde Santa Clara, donde reside.
Gutiérrez forma parte del equipo coordinador del Mes de la Historia Lgbtiq y junto con Pérez, también integra por este país insular caribeño el Comité Internacional.
El también profesor y activista impartió este año en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas la asignatura electiva Sexualidad y Género, en la cual se matricularon 54 estudiantes de carreras tan diversas como derecho, periodismo, psicología, sociología, filología, comunicación social, lengua inglesa, ingeniería química, ciencias de la información, economía, veterinaria e ingeniería en telecomunicaciones.
«Siguen quedando muchas deudas, principalmente desde la educación, la cual creo que es la base para desmontar los mitos, estereotipos y prejuicios sobre las personas no cis-heteronormativas» reflexionó Gutiérrez.
Enaltecer la comunidad Lgbtiq
A desvanecer mitos apunta el joven realizador Yasmani Castro con su documental Gente de Campo, que presenta historias de vida en entornos rurales de una pareja de mujeres lesbianas, un campesino gay y una mujer transgénero.
El audiovisual «habla de la diversidad de las familias, de seres humanos que existen y han sido invisibilizados durante mucho tiempo y que necesitan y tienen que ganarse un espacio no de tolerancia, sino de respeto», afirmó Castro en un diálogo con IPS desde Santiago de Cuba, la segunda urbe del país, 870 kilómetros al este de La Habana.
En la realización colaboró el proyecto sociocultural AfroAtenAs. Callejón de las Tradiciones, iniciativa con una sostenida labor de activismo comunitario y a favor de los derechos humanos en la ciudad de Matanzas.
Justo en esa ciudad, a 89 kilómetros al este de la capital cubana, se presentó el documental el día 15 en calidad de premier, como parte de las actividades por el Día Internacional de Lucha contra la homofobia, la transfobia y la bifobia, el 17 de mayo.
A juicio de Castro, «hay que buscar representatividad en los audiovisuales…, mostrar más historias de las personas de la comunidad Lgbtiq no desde la visión del ostracismo o la lástima, como mayoritariamente se hace. Creo que la mayor deuda con la comunidad es enaltecerla».
Aunque el realizador prefiere enfocar el avance de los derechos «en su integralidad, teniendo en cuenta también el género y el color de la piel», considera que en Santiago, como en toda Cuba, «hay que seguir trabajando en ganar más espacios, sobre todo para las personas trans, quienes más difícil lo tienen en cuanto al acceso a labores o estudios, a partir de la identidad que han elegido como personas».
Investigaciones y especialistas reconocen que dentro de la comunidad Lgbtiq, las mujeres transgénero suelen ser víctimas de más vulnerabilidades sociales y de salud, así como de estigmas, pese al marco normativo que prohíbe la discriminación.
Durante la Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia, la red social comunitaria del Cenesex para el acompañamiento de personas trans, sus parejas y familiares, Transcuba, presentó una plataforma digital para gestionar de forma confidencial estadísticas de sus 3500 integrantes en el país, ofrecer informaciones importantes y perfilar el trabajo diferenciado con los distintos grupos de poblaciones.
También se presentó Sigesex, plataforma digital para el registro de reclamaciones por vulneraciones de derechos, como parte del servicio de asesoramiento legal de la institución.