Wednesday, March 23, 2022

PSOE: fallos que cuestan caros, Rosa Maria Artal

PSOE: fallos que cuestan caros

PSOE: fallos que cuestan caros



Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, durante una sesión plenaria en el Congreso. EFE/Emilio Naranjo

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El gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez ha tenido que afrontar un cúmulo de retos como pocos en nuestra historia reciente. Una pandemia con miles de muertos y enfermos, la paralización de la actividad para frenar los contagios, una oposición brutal que desde el minuto uno -y antes- ha puesto cuantas zancadillas ha podido, sin frenarse por cómo dañaban esas trabas y esa crispación a toda la sociedad. No olvidemos la tormenta Filomena y cuanto supuso. La erupción del volcán en la Palma. Los devastadores precios de la energía. Dudo ya si me dejo alguna catástrofe más hasta llegar a la guerra tan cercana y que tanto nos involucra. Y que se está comiendo no solo los fondos destinados a la recuperación sino algunos valores de entidad y, desde luego, la paciencia y la estabilidad de un gran número de ciudadanos. Inmenso número.  Y es que hay fallos graves que se pagan.

Llevamos dos años y pico realmente duros. No parecía prioritario añadir críticas a la profusión de ataques y bulos escupidos desde la derecha política y mediática que ha padecido el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Pero gran parte de los problemas que nos acucian hoy son sin duda responsabilidad de la inacción de este gobierno y más en concreto del freno impuesto por el socio mayoritario, el PSOE, a las políticas progresistas que se votaron. Es una evidencia, no carguemos tintas que no caben en los hechos. Aunque seguramente había grandes dosis de realismo en quienes sustentaron la investidura, muchos de los votantes progresistas esperaban más, y la verdad es que se han dejado tareas esenciales sin tocar. Y de ahí lo que pagamos ahora cuya peor respuesta es asentarse en la complacencia. Porque las últimas decisiones están yendo en una dirección doblemente peligrosa.

Hay algo rotundamente claro: se ha dejado crecer la ultraderecha con cuanto implica de desestabilización, al hilo del malestar que crecía por no cumplir expectativas principales en un momento complejo de verdad en el que se necesitan más y cuestan más. De entrada, repetir elecciones en 2019 para no formar coalición con Unidas Podemos, restó votos a ambos, duplicó con creces los diputados de Vox en el Congreso y dio la oportunidad al PP de recuperarse algo desde los 66 escaños que sacó en abril en el peor resultado de su historia. La tentación de volver a las andadas, quizás con el “nuevo” PP de Feijóo, se intuye de lejos. Sin aprender de la experiencia.

La ultraderecha pues y ese mapa político, pero tanto o más decisivo lo que se ha hecho y lo que se ha dejado de hacer. Es bochornoso no haber renovado el Poder Judicial en más de tres años que lleva caducado, haber tragado con nombres muy tocados en el Constitucional. La Fiscalía parece inexistente, de forma clamorosa en las muertes de ancianos en los geriátricos sin asistencia médica durante la pandemia. En el archivo de las causas iniciadas contra el Rey emérito. Ni siquiera se pueden investigar en el Congreso: PSOE, PP, Ciudadanos y Vox lo rechazan sistemáticamente. No es de recibo tampoco haber expulsado del Congreso al diputado de Podemos Alberto Rodríguez y no rehabilitarlo, con tan dudosas excusas en ambos casos.

La justicia tiene una incidencia directa en la democracia. Como lo tiene la prensa. Un país no puede subsistir con ese nivel de ataque a todo progresismo. Y como no se trata de censurar desde luego, lo mínimo hubiera sido contar con una RTVE que cumplimentara  el derecho a la información de los ciudadanos. Hay grandes profesionales en la Casa, se está viendo en la cobertura de la Guerra de Ucrania: es periodismo autentico. Otros programas también lo practican. Lo que falla está más arriba. Porque la información de la política nacional tiene los mismos sesgos desinformadores de los medios de la derecha. De esa peculiar derecha que viene acompañada de ausencias,  bulos y manipulaciones a diario. Unánime, todos iguales. No se entiende esa entrega. Y no estaría de más vigilar que las subvenciones de dinero público de todas las administraciones se dediquen a medios de información y no de manipulación.

Las medidas en Trabajo han sido positivas y eficaces. Es de los capítulos que mejor ha funcionado, con la subida del SMI y otras similares. Falta la contención de precios energéticos que hubo de afrontarse mucho antes, y la reforma agraria y otras pendientes. Impulsadas en buena parte por el sector Unidas Podemos, políticas de todo el Gobierno desde luego, algunas han precisado un intenso esfuerzo para salir adelante.

Hay que parar el destrozo de la Sanidad Pública, imprescindiblemente. Nos va la salud y la vida en ello. Respetar y dar medios a sus profesionales. Es inaceptable lo que algunas comunidades están haciendo sin que el gobierno del Estado frene esta deriva.

Muy preocupante el sesgo de algunas conductas en las Fuerzas de Seguridad. Brutal machismo como el de la Comisaria de Pontevedra que denunció elDiario.es y, por ello, ha sido cesada. Tras la publicación. Las ultraderechistas, impropias en la seguridad de todos, caminan mucho más despacio en su resolución.  

La participación en la guerra, la compra masiva de armas por el mandato de EEUU y la OTAN –es así- había que ponderarlo y explicarlo mucho más. Con opciones al debate real. El estupor ha llegado con la entrega del Sáhara a Marruecos, un país no precisamente democrático. Hay razones económicas de futuro, dicen, pero mucho más la adscripción a bloques en lo que parece un Nuevo Orden que vienen en packs completos. Y está por encima la palabra dada y el respeto a las resoluciones de la ONU. Argumentar el control de la inmigración ilegal como motivo, con las puertas abiertas por el norte derrapa bastante de un lado. Como el trato a los emigrantes de las vallas del sur.

Seguro que esta peculiar derecha, que crece en franquismo y trumpismo, lo hubiera hecho peor para el grueso de la ciudadanía, pero eso no es excusa para el Gobierno. Algunas de sus acciones y omisiones no difieren de lo que hubieran hecho ellos. El trato a Unidas Podemos como el socio pobre, en particular en opiniones desde el propio PSOE y periodistas afines sigue siendo escandaloso. No se ha visto una batalla similar con nadie, ni contra la ultraderecha. Quizás es que unos dañan ciertos bolsillos y otros la democracia. 

Empieza a tomar forma un acercamiento del PSOE al PP de Feijóo que viene con su cheque en blanco bajo el brazo. Al bipartidismo, volviendo a ignorar la experiencia pasada. A Unidas Podemos tampoco le exculpa por completo lo que no se ha hecho, pero no debería firmar el finiquito por sí misma. Define mejor lo que está ocurriendo, y es más útil a la sociedad tratar de resolverlo. Aunque, lamentablemente, esperar parece bastante iluso. Y al tiempo, facilitar la llegada a La Moncloa a esta derecha, sería un suicidio.

Dar esta sensación de caos no se corresponde con la realidad, y mucho menos con las responsabilidades de los problemas enquistados. La verdadera gente de a pie no es la beneficiaria de esta derecha. Nunca lo fue. No lo es. Tampoco se les puede regalar esa creencia, por falsa. Pero cuando se tiene el encargo de gobernar, se gobierna. Macron enfrenta a Francia a tener un presidente o presidenta de ultraderecha, y compite también con la Izquierda Insumisa de Melenchon que ha cobrado fuerza, y ya ha mencionado la posibilidad de nacionalizar alguna eléctrica.

Lo que se precisa es decisión. Pedro Sánchez hizo profusa gala de ella cuando el PSOE le echó de mala manera de la secretaría general. Y definición. Nadar entre dos aguas, cerca de la orilla derecha, lleva a subirse a ella cuando vienen turbulencias. Esa derecha que lava su suciedad en su casa, echando por el sumidero para todos el agua sucia; indisolublemente unida ya al Vox que no ha tardado un minuto desde que toca poder en Castilla y León en mostrar sus intenciones.

Años cruciales, de múltiples desgracias unidas, ya no nos falta más que un gobierno ultra en España. Y este camino lleva exactamente a ahí. Y está tan claro que en realidad es un eufemismo dulce hablar de errores y no de voluntad concreta.

Thursday, March 10, 2022

Rusia apuesta por una solución al conflicto con Ucrania


El canciller ruso, Serguéi Lavrov, tras un intercambio con su homólogo de Ucrania, Dmitri Kuleba, expresó que es necesario llegar a acuerdos que sean parte del contexto de una solución integral de la crisis ucraniana y de la necesidad de garantizar la seguridad en Europa, teniendo en cuenta de manera incondicional los intereses de todos los países, sin excepción.

RT INFORMA DE LA PESADILLA QUE VIVE LA CIUDAD DE MARIUPOL

Tuesday, March 08, 2022

Ucrania lista para discutir modelos fuera de la OTAN


Ese es el camino. Que Europa asuma un papel propio mas allá  de los #EEUU
#Ucrania neutral
NO A LA ,,,,,,,,,,,,#OTAN

Monday, March 07, 2022

DE DÓNDE OBTIENE SU ENERGÍA LA UNIÓN EUROPEA

DE DÓNDE OBTIENE SU ENERGÍA LA UNIÓN EUROPEA | RE-EVOLUCIÓN


DE DÓNDE OBTIENE SU ENERGÍA LA UNIÓN EUROPEA

Para su propio consumo, la UE necesita energía que se importa de terceros países. En 2019, el principal producto energético importado fueron los derivados del petróleo (incluido el petróleo crudo, que es el componente principal), que representaron casi dos tercios de las importaciones de energía en la UE, seguidos del gas (27 %) y los combustibles fósiles sólidos (6 %). 

Esta semana, los hogares españoles deberán pensar con calma cómo van a calentarse, porque el megavatio sube a más de 400 euros, mientras Pedro Sánchez gasta 500 millones en armas ofensivas para «calentar» a Ucrania.

Sunday, March 06, 2022

CMG lanza "Plataforma de Servicios para Todos los Medios"


EL PASADO 28 DE FEBRERO DE 2022, EL GRUPO DE MEDIOS DE CHINA (CMG, POR SUS SIGLAS EN INGLÉS) PUSO EN MARCHA LA «PLATAFORMA DE SERVICIOS PARA TODOS LOS MEDIOS» EN COLABORACIÓN CON SUS SOCIOS MEDIÁTICOS MUNDIALES.
 EL PRESIDENTE DEL GRUPO, SHEN HAIXIONG, ASISTIÓ A LA CEREMONIA DE PRESENTACIÓN Y ANUNCIÓ EL LANZAMIENTO OFICIAL DE LA PLATAFORMA.

« Una nueva edad geopolítica » -

« Una nueva edad geopolítica » - Le Monde diplomatique en español

El 24 de febrero de 2022, fecha del inicio de la guerra en Ucrania, marca la entrada del mundo en una nueva edad geopolítica. Nos hallamos ante una situación totalmente nueva en Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Aunque ha habido en este continente, desde 1945, muchos acontecimientos importantes, como la caída del muro de Berlín, la implosión de la Unión Soviética y las guerras en la antigua Yugoslavia, nunca habíamos asistido a un evento histórico de semejante envergadura, que cambia la realidad planetaria y el orden mundial.

La situación era evitable. El presidente ruso Vladímir Putin llevaba varias semanas, si no meses, instando a una negociación con las potencias occidentales. La crisis se venía intensificando en los últimos meses. Hubo intervenciones públicas frecuentes del líder ruso en conferencias de prensa, encuentros con mandatarios extranjeros y discursos televisados, reiterando las demandas de Rusia, que en realidad eran muy sencillas. La seguridad de un Estado solo se garantiza si la seguridad de otros Estados, en particular aquellos que están ubicados en sus fronteras, está igualmente respetada. Por eso Putin reclamó con insistencia, a Washington, Londres, Bruselas y París, que se le garantizara a Moscú que Ucrania no se integraría a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). La demanda no era una excentricidad: la petición consistía en que Kiev tuviera un estatus no diferente al que tienen otros países europeos, tales como Irlanda, Suecia, Finlandia, Suiza, Austria, Bosnia y Serbia, que no forman parte de la OTAN. No se trataba por lo tanto de evitar la “occidentalización” de Ucrania sino de prevenir su incorporación a una alianza militar formada, como se sabe, en 1949, con el objetivo de enfrentar a la antigua Unión Soviética y, desde 1991, a la propia Rusia.

Esto implicaba que Estados Unidos y sus aliados militares europeos no instalasen en el territorio de Ucrania, país fronterizo con Rusia, armas nucleares, misiles u otro tipo de armamento agresivo que pudiera poner en peligro la seguridad de Moscú. La OTAN –una alianza militar cuya existencia no se justifica desde la desaparición, en 1989, del Pacto de Varsovia– argumentaba que esto era necesario para garantizar la seguridad de algunos de sus Estados miembros, como Estonia, Letonia, Lituania o Polonia. Pero eso, obviamente, amenazaba la seguridad de Rusia. Recuérdese que Washington, en octubre de 1962, amagó con desencadenar una guerra nuclear si los soviéticos no retiraban de Cuba sus misiles –instalados a 100 millas de las costas de Estados Unidos–, cuya función, en principio, era solo la de garantizar la defensa y seguridad de la isla. Y Moscú finalmente tuvo que inclinarse y retirar sus misiles. Con estos mismos argumentos, Putin reclamó a los jefes de Estado y primeros ministros europeos una mesa de diálogo que contemplara sus reivindicaciones. Simplemente, se trataba de firmar un documento en el que la OTAN se comprometiera a no extenderse a Ucrania y, repito, a no instalar en territorio ucranio sistemas de armas que pudieran amenazar la seguridad de Rusia.

La otra demanda rusa, también muy atendible, era que, como quedó establecido en 2014 y 2015 en los acuerdos de Minsk, las poblaciones rusohablantes de las dos “repúblicas populares” de la región ucrania del Donbás, Donetsk y Lugansk, recibieran protección y no quedasen a la merced de constantes ataques de odio como desde hacía casi ocho años. Esta demanda tampoco fue escuchada. En los acuerdos de Minsk, firmados por Rusia y Ucrania con participación de dos países europeos, Alemania y Francia, y que ahora varios analistas de la prensa occidental reprochan a Putin haber dinamitado, estaba estipulado que, en el marco de una nueva Constitución de Ucrania, se les concedería una amplia autonomía a las dos repúblicas autoproclamadas que recientemente han sido reconocidas por Moscú como ”Estados soberanos”. Esta autonomía nunca les fue concedida, y las poblaciones rusohablantes de estas regiones siguieron soportando el acoso de los militares ucranios y de los grupos paramilitares extremistas, que causaron unos catorce mil muertos...

Muchos observadores consideraban que la negociación era una opción viable: escuchar los argumentos de Moscú, sentarse en torno a una mesa, responder a las inquietudas rusas y firmar un protocolo de acuerdo

Por todas estas razones, existía un ánimo de justificada exasperación en el seno de las autoridades rusas, que los líderes de la OTAN no lograron o no quisieron entender. ¿Por qué la OTAN no tuvo en cuenta estos repetidos reclamos? Misterio... Muchos observadores consideraban que la negociación era una opción viable: escuchar los argumentos de Moscú, sentarse en torno a una mesa, responder a las inquietudes rusas y firmar un protocolo de acuerdo. Incluso se habló, en las 24 horas que precedieron los primeros bombardeos rusos del 24 de febrero, de un posible encuentro de última hora entre Vladímir Putin y el presidente de Estados Unidos, Joseph Biden. Pero las cosas se precipitaron e ingresamos en este detestable escenario de guerra y de peligrosas tensiones internacionales.

Desde el punto de vista de la armadura legal, el discurso de Putin en la madrugada del día en que las Fuerzas Armadas rusas iniciaron la guerra en Ucrania trató de apoyarse en el derecho internacional para justificar su “operación militar especial”. Cuando anunció la intervención sostuvo que, “basándo[se] en la Carta de Naciones Unidas” y teniendo en cuenta la demanda de ayuda que le formularon los “gobiernos” de las “repúblicas de Donetsk y Lugansk” y el “genocidio” que se estaba produciendo contra la población rusohablante de estos territorios, había ordenado la operación... Pero eso es apenas un atuendo jurídico, un andamiaje legal para disculpar el ataque a Ucrania. Por supuesto, se trata claramente de una intervención militar de gran envergadura, con columnas acorazadas que penetraron en Ucrania por al menos tres puntos: el norte, cerca de Kiev; el este, por el Donbás; y el sur, cerca de Crimea. Se puede hablar de invasión. Aunque Putin sostiene que no habrá una ocupación permanente de Ucrania. Lo más probable es que Moscú, si gana esta guerra, trate de instalar en Kiev un gobierno que no sea hostil a sus intereses y que le garantice que Ucrania no ingresará en la OTAN, además de reconocer la soberanía de las “repúblicas” del Donbás en la totalidad de su extensión territorial, porque cuando empezó el ataque ruso, Kiev controlaba todavía una parte importante de esos territorios.

Si no se produce una escalada internacional, lo más probable es que el vencedor militar de esta guerra sea Rusia. Por supuesto, en este tema hay que ser muy prudente, porque se sabe cómo empiezan las guerras, pero nunca cómo terminan. La diferencia de poderío militar entre Rusia y Ucrania es tal que el probable ganador, por lo menos en un primer tiempo, será sin duda Moscú. Desde el punto de vista económico, en cambio, el panorama es menos claro. La batería de brutales sanciones que Estados Unidos, la Unión Europea y otras potencias le están imponiendo a Moscú son aniquiladoras, inéditas, y pueden dificultar, por decenios, el desarrollo económico de Rusia, cuya situación en este aspecto es ya particularmente delicada. Por otro lado, una victoria militar en esta guerra, si es rápida y contundente, le podría dar a Rusia, a sus Fuerzas Armadas y a sus armamentos un gran prestigio. Moscú podría consolidarse, en varios teatros de conflictos mundiales, en particular en Oriente Próximo y en el África saheliana, como un aliado indispensable para algunos gobiernos autoritarios locales, como principal proveedor de instructores militares y, sobre todo, como principal vendedor de armas.

La Historia se ha vuelto a poner en marcha, y la dinámica geopolítica mundial se está moviendo

Todo esto hace más difícil entender por qué Estados Unidos no hizo más para evitar este conflicto en Ucrania. Ese es un punto central. ¿Qué gana Washington con este conflicto? Para Biden, esta guerra puede aportar una distracción mediática respecto de sus objetivos estratégicos. Su situación no es fácil: lleva un año de gobierno mediocre en política interna, no consigue sacar adelante en el Congreso sus proyectos, no logra una mejora palpable de las condiciones de vida después de la terrible pandemia de la covid-19 ni una corrección de las desigualdades... Y, en política exterior, sigue manteniendo algunas de las peores decisiones de Donald Trump y ha dado una serie de pasos en falso, como la precipitada y calamitosa retirada de Kabul... Puede que esto lo haya llevado a buscar no comprometerse con una estrategia más decidida para evitar una guerra en Ucania que se veía venir... El resultado es que Estados Unidos y las demás potencias de la OTAN podrían perder Ucrania, que se alejaría de su esfera de influencia.

La posición de Washington resulta tanto más sorprendente cuanto que su gran rival estratégico, en este siglo XXI, no es Rusia, sino China. Por eso este conflicto está envuelto, en cierto modo, en un aire pasado de moda, un resabio de la Guerra Fría (1948-1989). Quizá uno de los objetivos de Washington sea alejar a Rusia de China implicando a Moscú en un conflicto en Europa, con la intención de que China no pueda apoyarse en Rusia mientras Estados Unidos y sus aliados de la ASEAN (Asociación de Naciones de Asia Sudoriental) y de la AUKUS (alianza estratégica militar entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos) aprovechan para acosar a Pekín en el mar de China Meridional. Quizá a ello se debe que, en este conflicto de Ucrania, China se haya mostrado prudente: no ha reconocido ni apoyado la soberanía de las dos “repúblicas populares del Donbás”. Pekín no desea ofrecer un pretexto a otras potencias para que ellas reconozcan, a su vez, la independencia de Taiwán. Aunque también podría ocurrir que, a pesar de las enormes diferencias, China se inspirase en la decisión rusa de invadir Ucrania para conquistar Taiwán. O tal vez Estados Unidos aproveche la guerra en Ucrania para argumentar que China se dispone a invadir Taiwán y desencadenar un conflicto preventivo con China. Son hipótesis, porque lo único cierto es que la Historia se ha vuelto a poner en marcha y la dinámica geopolítica mundial se está moviendo.

El rearme de Alemania, primera potencia económica de Europa, trae pésimos recuerdos históricos. Constituye una prueba más, espectacular y aterradora, de que estamos entrando en una nueva edad geopolítica

La posición de la Unión Europea ha sido débil. Emmanuel Macron, que actualmente es el presidente pro tempore de la Unión Europea, no consiguió nada con sus gestiones de último momento. En vísperas de la guerra, la idea sobre la que se movilizaron tanto los líderes políticos como los medios de comunicación occidentales fue decirle a Putin que no hiciera nada, que no diera un paso más, cuando lo razonable hubiera sido, repito, analizar sus demandas y sentarse a negociar para garantizarle a Rusia, de alguna manera, que la OTAN no iba a ubicar armas nucleares en sus fronteras. En un primer tiempo, el gobierno europeo que actuó de manera más inteligente fue el de Alemania, con su nuevo canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, a la cabeza. Desde el comienzo, se mostró favorable a que se estudiasen las demandas de Putin. Pero, en cuanto comenzó la guerra, la postura de Berlín cambió radicalmente. La reciente decisión de Scholz, adoptada por unanimidad en el Bundestag, el Parlamento federal, de rearmar Alemania mediante la asignación al presupuesto militar de una partida excepcional de más de cien mil millones de euros y, a partir de ahora, casi el 3% del PIB del país, constituye una revolución militar. El rearme de Alemania, primera potencia económica de Europa, trae pésimos recuerdos históricos. Constituye una prueba más, espectacular y aterradora, de que estamos entrando en una nueva edad geopolítica.

Por último, seguimos preguntándonos por qué Estados Unidos y las potencias occidentales no aceptaron dialogar con Putin y responder a sus reclamos, sobre todo sabiendo que no podrían intervenir en caso de conflicto militar. Esto es muy importante. Recuérdese que, en su mensaje de anuncio del inicio de la guerra, Vladímir Putin envió una advertencia clara a las grandes potencias de la OTAN, en particular a las tres que cuentan con armamento nuclear –Estados Unidos, Reino Unido y Francia–, recordándoles que Rusia “tiene ciertas ventajas en la línea de las armas de última generación” y que atacarla “tendría consecuencias devastadoras para un potencial agresor”.

¿De qué “ventajas en la línea de las armas de última generación” se trata? Moscú ha logrado, en los últimos años, al igual que China, una ventaja tecnológica decisiva sobre Estados Unidos en materia de misiles hipersónicos. Esto hace que, en caso de un ataque occidental contra Moscú, la respuesta rusa pudiera ser efectivamente devastadora. Los misiles hipersónicos van a una velocidad cinco o seis veces superior a la velocidad del sonido, o sea a Mach 5 o Mach 6, a diferencia de un misil convencional, cuya velocidad es de Mach 1. Y pueden transportar tanto bombas tradicionales como nucleares... Estados Unidos ha acumulado un importante retraso en este campo, hasta tal punto que recientemente Washington obligó a varias empresas fabricantes de misiles (Loocked Martin, Raytheon, Northrop Grumman) a trabajar de manera conjunta y destinó un colosal presupuesto para recuperar su retraso estratégico con respecto a Rusia, que se calcula de entre dos y tres años. Pero de momento no lo ha conseguido. Los misiles hipersónicos rusos, calculando la trayectoria, pueden interceptar los misiles convencionales y destruirlos antes de que alcancen su objetivo, lo que permite a Rusia crear un escudo invulnerable para protegerse. En cambio, los escudos antimisiles convencionales de la OTAN no tienen esta capacidad contra los hipersónicos... Esto explica por qué Putin decidió ordenar la intervención militar sobre Ucrania con la seguridad de que una escalada por parte de la OTAN era muy improbable.

Saturday, March 05, 2022

mi postura ante la guerra de Ucrania, y mi tristeza

Queridas amigas y amigos,  necesito hacer constar mi opinión  sobre la Guerra de larga duración  que sufrimos especialmente estos dias.
Soy breve, EUROPA TIENE QUE INDEPENDIZARSE DE LOS EEUU, Sin la menor duda. Tener una política  exterior propio y no SIEMPRE A REBUFO DE LO QUE DIGA EL APARATO DE ESTADO AMERICANO.
Y negociar libremente con Rusia, que es nuestro pais vecino.
Ucrania debe declararse neutral, de ambos poderes, OCCIDENTALES Y RUSO.
Sentarse a la mesa  y negociar la Paz, ya, sin mas demora.
Lo contrario de todo esto es LA CATASTROFE, LA MUERTE, EL DOLOR Y LA MISERIA, paratodos los pueblos sin distincion.
Para LOS OLIGARCAS DE UN LADO Y OTRO, UN NEGOCIO TRUCULENTO.
Todo lo que esta sucediendo me sume en una tristeza demoledora.
No tengo  nada mas que decir. Solo llorar por tanto sufrimiento.

Friday, March 04, 2022

Conversando sobre Ucrania con Manolo Monereo



"La primera cosa que me gustaría que los oyentes entiendan es que esto es el primer acto de una guerra mucho más grande, mucho más larga, cuyo objetivo final es China."
"Para entender a Putin, que hace falta entenderlo, hay que ver tres cosas recientes. Primero Siria, segundo Bielorrusia y tercero, Kazajistán"

Wednesday, March 02, 2022

RECUPERO PARTE DE UN DISCURSO DE DOLORES IBÁRRURI, QUE DEBERÍAN REPASAR LOS PRESIDENTES DE LAS COMUNIDADES HISTÓRICAS… Y EL PCE | RE-EVOLUCIÓN

RECUPERO PARTE DE UN DISCURSO DE DOLORES IBÁRRURI, QUE DEBERÍAN REPASAR LOS PRESIDENTES DE LAS COMUNIDADES HISTÓRICAS… Y EL PCE | RE-EVOLUCIÓN



Y me siento desconcertada y perpleja porque al exponer en esta reunión, y en nombre del Comité Ejecutivo, el problema nacional, os comprometo u obligo a añadir, a los múltiples motivos que impulsan y animan nuestra lucha contra la dictadura, uno más: el de la defensa del derecho de las nacionalidades existentes en nuestro país a la autodeterminación, ya que, entre las cuestiones que en la lucha por la democratización de España deberán ser resueltas con prioridad a otras más generales, está el problema nacional, que es en substancia el derecho de Cataluña, Euzkadi y Galicia a disponer libremente de sus destinos.

Y ello no sólo porque es de justicia, sino porque la correcta solución de esta exigencia nacional de catalanes, vascos y gallegos, hará más viable la solución de los múltiples problemas políticos, económicos y sociales que han de surgir ante la clase obrera y fuerzas democráticas al desaparecer la dictadura.

En España la cuestión nacional –que con la República comenzó a abordarse– va indisolublemente unida a la lucha por la democracia y el socialismo.

De aquí que la clase obrera de nuestro país, como la clase más consecuentemente revolucionaria, y que lleva en sí misma el futuro de una España socialista, debe ser la más interesada en la defensa del derecho de estas nacionalidades a la autodeterminación.

Por dos razones: Primera, porque en la lucha contra la reacción, que tiene la responsabilidad histórica de que este problema siga aún sin resolver, el peso de la clase obrera puede ser decisivo. Y segunda, porque sólo la participación de la clase obrera en esa lucha puede asegurar la solución del problema nacional de acuerdo con los intereses fundamentales del desarrollo democrático de nuestro país.

Por otro lado, es evidente que la solución del problema nacional, de una manera popular y democrática, será uno de los más serios golpes a la reacción oligárquica y monopolista, y permitirá al mismo tiempo establecer nuevas formas de entendimiento y de colaboración entre todos los pueblos de España.

http://www.abertzalekomunista.net/es/relato-historico-2/estado-espanol/2247-espana-estado-multinacional